martes, octubre 09, 2007

Urbaneja, Verificar antes de informar

miercoles 10 de octubre de 2007
Verificar antes de informar Fernando González Urbaneja

Las prisas son malas consejeras y peores ayudantes del buen trabajo. Muchos ciudadanos recibieron a última hora de la mañana la noticia de una nueva víctima, otro asesinato cometido por los terroristas etarras.
Los medios más reputados (con estos tropiezos menos reputados), incluida alguna agencia de noticias (no fue el caso de Efe, donde funcionó la profesionalidad de comprobar antes de distribuir), se tiraron a la piscina de poner en circulación una noticia insuficientemente verificada.
Y horas después la imprecisión se produce en otro sentido pero en el mismo caso: algunos medios califican de heridas leves las que padece la víctima cuando el parte médico expresa, minutos después, “estado grave”.
Demasiadas imprecisiones en un asunto serio, demasiados incumplimientos de una regla básica como es la verificación. También la información en la red ha funcionado deficientemente. Azuzados por las prisas, para no quedarse atrás, los digitales, que son consultados inmediatamente por el público, se lanzaron también a informar erróneamente.
En las primeras lecciones prácticas de la profesión suele aprenderse que en el caso de accidentes, antes de dar nombre, antes de afirmar nada, hay que comprobar, por respeto a los lectores y, sobre todo, a las familias afectadas. ¿Cuántas familias tuvieron el alma en vilo el mediodía de ayer pensando que su hijo, esposo, amigo… podía estar muerto? Demasiado dolor infligido innecesariamente por unas prisas, por una estéril comezón infantil de no quedarse atrás.
No he visto que nadie haya pedido disculpas y prometido enmienda, medidas para evitar esas ligerezas innecesarias y muy perjudiciales para el prestigio de toda la profesión. Y no vendría mal que en las redacciones se reflexionara sobre lo ocurrido.
La información sobre los avatares del terrorismo no va bien, los terroristas ganan la partida, dominan la agenda, imponen sus emociones y pretensiones, ocupan todo el protagonismo y el espacio. Esta materia es delicada y exigente, requiere entender y distinguir, sobre todo distinguir, una de las deficiencias más graves del periodismo actual.
Los terroristas cuelan conceptos, ideas, palabras y logran confundir. Pueden estar contentos de su éxito. Y quienes deberíamos aclarar, depurar, proteger, lo hacemos malamente.
fgu@apmadrid.es

No hay comentarios: