miércoles, octubre 17, 2007

Urbaneja, Que sea correcto y que se pueda explicar

jueves 18 de octubre de 2007
Que sea correcto y que se pueda explicar Fernando González Urbaneja

Las sociedades abiertas, los sistemas democráticos requieren dirigentes ejemplares, que hagan lo correcto, que respeten y cumplan la ley y además que puedan explicar sus actos. No siempre es fácil, sobre todo para quienes andan en la cocina entre aceites y salsas, existen muchas circunstancias y contextos varios; lo que un día es evidente al otro no lo parece tanto, y lo que resulta normal hoy, puede no serlo más tarde.
Al dirigente socialista valenciano, al señor Pla, le pasaron unas elecciones por encima que le dejaron para el arrastre. No se fue en ese momento, cuando tocaba (nada más conocer los resultados), se remitió a un próximo congreso del partido para dejar el cargo, y anda ahora aguantando un liderazgo arrastrado. La situación del socialismo valenciano va cada día a menos, cada elección pierde base y difícilmente mantendrá porcentajes en las generales. Tan malo como para que el agujero valenciano amenace la victoria socialista.
Zapatero quiere enviar a Jordi Sevilla a Valencia para dar un golpe de timón y sacar al partido del hoyo, para modificar las expectativas. Pero el ex ministro no asume ese marrón, no se ve en el papel redentor y no nota que le quieran los que tiene que redimir. El aparato socialista valenciano no está por el cambio, entre la nada y un poco, prefieren lo último. Y aunque los socialistas pueden mejorar la oferta si la vicepresidenta Fernández de la Vega encabeza el cartel, no hay garantías de éxito, ni con ésas.
El actual dirigente socialista, el señor Pla, sucesivamente fracasado en las elecciones, se enfrenta ahora a un mal asunto, a una difícil explicación porque le pasan cosas que no son frecuentes, que son de explicación compleja. Algún alma caritativa ha contado que hizo obras en su casa por valor de 78.000 euros (normal, pasa a cualquiera), que las obras acabaron hace ocho meses y que aun no le ha llegado la factura (no es tan normal, no pasa a casi nadie). A la inmensa mayoría de la gente los contratistas les facturan un tercio al comenzar las obras (para los acopios), otro tanto cuando van avanzadas y se puede certificar o verificar más de la mitad de lo previsto y el tercio final unos meses después de entregar la obra, comprobado que todo funciona. Son porcentajes variables, pero ésa es la pauta general. No la del señor Pla, que se ve abocado a dar explicaciones que se puedan comprender y que eviten que parezca lo que no debería ser: tratos de favor a cambio de nada o de algo. La vida política es dura, muy dura, saca de contextos hechos y datos, y obliga a ser y a aparentar, a dar muchas explicaciones y no llamar la atención con procedimientos infrecuentes.
El relevo en el socialismo valenciano parecía muy recomendable. Y ahora puede resultar inevitable o imposible según el alcance y la dimensión del caso. Las elecciones se van a dirimir en un ladrillo y todo lo que desestabilice al contrario es bueno para el propio interés.

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