domingo, octubre 07, 2007

Tres maestros de la economia y sus consecuencias

lunes 8 de octubre de 2007
Tres maestros de la economía y sus consecuencias
Por diversos motivos tuve el privilegio de hablar, sucesivamente, en Grado (Asturias), sobre Valentín Andrés Álvarez; en Madrid, sobre Enrique Fuentes Quintana, y en Alicante, sobre Román Perpiñá Grau. Se trata de tres economistas, por supuesto, eminentes y muestran los tres la validez de una idea de Keynes: es el pensamiento de economistas y de filósofos políticos, y no los intereses, como en cambio pretendía Marx, lo que altera la realidad económica.
Valentín Andrés Álvarez se convirtió en un importante estudioso de la Historia de las doctrinas económicas. Por un lado, se encontraba con los enlaces de todo con todo, en las ecuaciones del equilibrio general de Walras; por otro, con las corrientes macroeconómicas que diseñó, por primera vez, Quesnay en el «Tableau Economique», para que las ventajas de la economía de mercado -concretamente, en relación con el del trigo- fueran comprendidas por Luis XV. A partir de ahí, captó de inmediato Valentín Andrés Álvarez, cómo un heredero de estas indagaciones, Leontief, que había trabajado asimismo los llamados «Balances de materiales» relacionados con los Planes quinquenales soviéticos, acertaba a ofrecer con las famosas Tablas de insumo-producto, o «input-output» un excelente engarce de los diversos sectores de una economía a través de un análisis matemático matricial. Valentín Andrés Álvarez se lanzó, con un equipo magnífico, en el Instituto de Estudios Políticos, a construir ese modelo de insumo-producto para España, la TIOE/54. Gracias a ello se pudo elaborar inmediatamente la primera Contabilidad Nacional de España, la CNE/54, y así disponer de un fundamento adecuado para captar el movimiento de la economía española. El cuadro macroeconómico inmediato, heredero de todo esto, pudo, desde 1959, o sea, ya para el Plan de Estabilización, ser habitual para comprender la marcha de nuestra economía. Ahora mismo los debates esenciales sobre los presupuestos de 2008, en torno a eso se articulan.
Si eso debemos a Valentín Andrés Álvarez, de Fuentes somos deudores de un sistema fiscal dispar del que existió hasta 1977, nacido nada menos que en 1845. ¿Hubiera sido posible enderezar la economía española tras el choque petrolífero, primero, y tras la crisis financiera que coexiste con nuestro ingreso comunitario y sencillamente, ser uno de los países fundadores de la eurozona, con el viejo mensaje tributario? Sencillamente, impensable.
A Perpiñá se le debe la demostración de que el desarrollo de nuestra economía, cuando se conseguía, no era fruto de las medidas de aislamiento, sino a pesar de esas medidas. Eso lo comprendió Ullastres, que había estudiado a fondo la idea esencial de Perpiñá,«De Economía Hispana» (Labor, 1936). Así se inició la apertura en 1959 que culmina, por ahora, en 1998 y la fundación de la Eurozona, con todo su enorme, e inmediato, impulso a nuestro desarrollo.
Sin estos tres, España sería más pobre, con la renta menos equidistribuida, con mayores tensiones sociales. Todo el homenaje que se les rinda, siempre será pequeño.

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