martes, octubre 23, 2007

Tonia Etxarri, Esperando la jugada

Esperando la jugada
24.10.2007 -
TONIA ETXARRI

Aclarada la cuestión. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, no acudió al acto de inauguración del curso judicial para darle un 'plante' sonoro al presidente del Tribunal Superior, Fernando Ruiz Piñeiro, porque se la tiene jurada desde que la Justicia encausó al lehendakari Ibarretxe por haberse reunido con la ilegalizada Batasuna. Y no contento con el 'feo' protocolario, se permite seguir intentando presionar a la Justicia para que el Tribunal Superior del País Vasco desista de actuar. De las presiones del poder político sobre el judicial está nuestra historia llena pero, a buen seguro que los jueces vascos, tan estudiadamente discretos y tan poco mediáticos los pobres, podrían escribir una obras completas sobre los casos en los que han tenido que trabajar sometidos, entre la amenaza del terrorismo y la interferencia del poder público, a una verdadera olla a presión. La Justicia ha unido los sumarios sobre las reuniones del lehendakari, por una parte, y la de los socialistas vascos, por otra, con portavoces de Batasuna, considerados ayer «hombres de paz» y encarcelados, hoy, por pertenecer al entramado político de ETA. Los dos casos, sin embargo, son, jurídicamente, algo distintos. Ibarretxe recibió a la ilegalizada Batasuna en sede oficial, a pesar de las indicaciones del Tribunal Supremo (luego no se cuestiona su «apuesta por el diálogo», sino su presunta desobediencia), y luego se jactó de ello. Los socialistas vascos, que apostaron por la ilegalización de Batasuna se reunieron con ellos después de que el juez considerara que no veía motivos para prohibir ese encuentro. Distintas han sido también las reacciones. Los socialistas quieren demostrar que respetan la Justicia. A los nacionalistas, en este caso, les da igual y reclaman trato de favor para el lehendakari. Si el consejero Azkarraga tuviera una relación tan fluida e influida como la que mantiene la vicepresidenta Fernández de la Vega con la presidenta del Tribunal Constitucional, no tendría que recurrir al escaparate para presionar a los jueces vascos. Por eso se permite exigir públicamente al presidente del Tribunal que deje de interferir en la vida política, precisamente por actuar cuando tiene denuncias sobre la mesa. Urkullu, desde el PNV, aporta un inquietante granito de arena al señalar que algunos estamentos de la justicia se están convirtiendo en un «freno a la normalización». El burukide debería saber que resulta ciertamente imprudente apuntar a presuntos enemigos cuando ETA está en plena reactivación.En sus últimos documentos, da fe de ello además de hablar con descaro de ANV como cosa suya. Revelador de lo que el pueblo liso y llano ya sospechaba en campaña electoral. Sólo el ministro Bermejo permanece distraido. Debe ser que «el momento en el que la jugada lo aconseje» (la ilegalización de ANV), todavía no ha llegado. t.etxarri@diario-elcorreo.com


http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071024/opinion/esperando-jugada-20071024.html

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