viernes, octubre 19, 2007

Quiñonero, En Europa, pero menos

sabado 20 de octubre de 2007
En Europa, pero menos

JUAN PEDRO QUIÑONERO
España se confirma en una posición de influencia periférica en la nueva Europa, cuando el nuevo Tratado de la Unión deja en suspenso, y por negociar entre Estados soberanos, todos los capítulos decisivos de su declinante influencia en la nueva geografía mundial.
Tener 5 ó 10 eurodiputados más o menos es una cuestión sencillamente insignificante. Los eurodiputados suelen votar por razones ideológicas y no nacionales: recuérdese el caso de la «dimensión europea» de la negociación entre Zapatero y ETA.
El «poder» de un Estado dentro de la UE se cuenta (relativamente) en el número de votos en el Consejo. España solo consiguió en su día salvar (relativamente) la influencia conseguida en Niza gracias a las presiones y chantajes del gobierno ultraconservador polaco.
Las pasadas, presentes y futuras políticas más o menos comunes, son políticas a geometría variable de concertación entre Estados. ¿Cuáles son aquellas en las que España destaca como líder? En seguridad común, son Francia, Reino Unido y Alemania quienes dominan el terreno. En materia de seguridad interior, España debe colaborar estrechamente con Francia, sin ejercer el liderazgo. La dependencia energética española impide cualquier liderazgo en ese terreno estratégico. La lengua podría facilitar el liderazgo en el terreno estratégico de las relaciones entre Europa y el cono sudamericano: pero las relaciones diplomáticas de España con Cuba y Venezuela complican las relaciones con Europa...
Queda un terreno poco visible pero significativo a medio plazo. El nuevo Tratado abre la posibilidad de «iniciativas» europeas, apoyadas con un millón de firmas de ciudadanos de varios Estados miembros de la UE. ¿Qué ocurrirá el día que los independentistas flamencos, escoceses, corsos, vascos, catalanes, etc., decidan utilizar tal recurso, muy bizantino, abriendo batallas políticas de nuevo cuño?

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