jueves, octubre 18, 2007

Pulso social en Francia

Pulso social en Francia
19.10.2007 -

Cinco meses después de su triunfal llegada al Elíseo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afronta el primer pulso social a su ambicioso programa de revisión de algunos aspectos del Estado del bienestar. La 'reforma Fillon' -que, curiosamente, toma el nombre de un primer ministro sepultado por la hiperactividad presidencial- persigue cambiar el modo de acceso a la jubilación de varias categorías laborales del sector público, que deberían cotizar 40 años para obtener una pensión completa que ahora consiguen con 37,5. El anuncio de la medida ha unido a una veintena de sindicatos de ferrocarriles, metro y compañías estatales de gas y electricidad en una protesta que logró ayer la práctica paralización de los transportes colectivos en las 27 ciudades, París incluida, en las que estaba convocada. En su viaje a la cumbre europea de Lisboa, Sarkozy dejó tras de sí estaciones desiertas, y su reverso de atascos y dificultad de desplazamiento que pueden continuar hoy. Una incomodidad popular que difícilmente puede contrarrestar un calculado anuncio de divorcio.Regímenes especiales de jubilación como el que cuestiona el Gobierno francés lastran la competitividad y pueden verse como fuente de desigualdad. Pero es inevitable preguntarse por el objetivo último de la reforma, y por la conveniencia de confrontar a trabajadores supuestamente privilegiados, pero titulares de derechos adquiridos en tiempos muy duros, con el resto de la sociedad. Cabe exigir entonces concertación social, responsabilidad sindical y una actitud de diálogo sincero a un Ejecutivo que ayer habrá recordado la ola de huelgas que en 1995 le costó el puesto al también conservador Alain Juppé.

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