jueves, octubre 18, 2007

Pablo Sebastian, Zapatero reacciona y Rajoy espera

viernes 19 de octubre de 2007
Zapatero reacciona y Rajoy espera Pablo Sebastián

Si hay algo que no se le puede reprochar a Zapatero es su tenacidad a la hora de defender, contra viento y marea y a veces contra la propia realidad, sus posiciones políticas y la situación de su Gobierno y su partido en este tiempo que vivimos de precampaña electoral. Por el contrario, en el Partido Popular, después de tres años y medio de oposición, no hemos apreciado una capacidad de iniciativa política que los convierta en clara alternativa de gobierno, con un programa y un equipo de dirigentes y de candidatos que permita ilusionar a sus electores y a aquellos desilusionados de la gestión de Zapatero, que, hay que subrayarlo, ha incurrido en graves errores que ahora el presidente se afana en rectificar, o minimizar, con esfuerzo, a pesar de los daños causados en la convivencia entre españoles y en cuestiones esenciales, como la unidad e identidad nacional y el modelo territorial de España.
Ayer, desde el PSOE, y mientras el presidente intentaba en la Cumbre de la Unión Europea de Lisboa aumentar el número de diputados de su partido, se ha presentado un vídeo, titulado “Con Z de Zapatero” en el que, mitad en broma y mitad en serio, el presidente daba paso a la que será una intensa precampaña electoral, destinada a explicar, y suponemos que a poner en valor, los logros económicos y sociales de su Gobierno a lo largo de esta legislatura que ahora se termina. Una campaña, sin duda, con aires un tanto triunfales que intenta movilizar a su electorado y contrarrestar el ataque de los populares que, a falta de proyecto propio, está basado en los errores del presidente en materia de reforma territorial del Estado, en los desafíos de los nacionalistas y en el fracaso de la negociación con ETA.
Todo ello a base de pasear la bandera de España y de convocar numerosas manifestaciones del PP, como la reciente con banderas en el día del desfile militar de la Fiesta Nacional, a las que se suman otras como la que acaba de promover la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) contra ANV y PCTV, o las promovidas por la Conferencia Episcopal, dos organizaciones estrechamente ligadas a la estrategia y la política del PP.
Es verdad que Zapatero ha vivido momentos de gran debilidad, como los que soportó a raíz de los debates del Estatuto catalán y la consiguiente crisis en el seno del PSC, que le costó la cabeza a Maragall. O por el fracaso de la negociación con ETA y el regreso de los atentados, o en los pretendidos pactos del PSN-PSOE con Nafarroa Bai en Navarra, y recientemente por causa del desafío de Ibarretxe al anunciar un referendo ilegal.
Pero, a pesar de todo ello y no pocos errores de fondo y forma que han facilitado en la legislatura una confrontación política y la ruptura de los consensos de la transición, Zapatero ha aparecido en todas las encuestas electorales por delante del PP, como no hubiera merecido la situación, salvo en las elecciones municipales que perdió por poco más de cien mil votos, entre otras cosas gracias al tirón del PP en Madrid y los pésimos candidatos del PSOE.
Y cuando se acerca la hora de la verdad, el presidente y el PSOE se han movilizado. Zapatero con un cambio de Gobierno antes del verano, y su Gabinete con la presentación de toda una serie de medidas económicas y sociales que ahora van a publicitar, en compañía de otras anteriores para presentar una buena cuenta de sus resultados económicos. Éstos son los objetivos de la precampaña del PSOE, y del vídeo del presidente, mientras en el PP suena como letanía la negociación con ETA, la bandera, el caso de Ibarretxe y el Estatuto catalán.
Todo ello abanderado por los más que desgastados portavoces Acebes y Zaplana, que esperan la sentencia del 11M que desmontará su pretendida conspiración, o mientras Aznar, Arístegui y otros continúan intentando justificar la guerra de Iraq. A la espera, es de suponer, que los populares destapen su “mágico” programa electoral y los equipos y candidatos que lo van a promocionar, cosa que ha quedado para el mes de noviembre, porque existen serios problemas entre dirigentes del PP sobre las candidaturas de Madrid, Valencia y Toledo, entre otras.
Aunque tampoco en el PSOE están para tirar cohetes en este apartado. Y menos aún en Valencia, donde acaba de dimitir el líder autonómico del PSOE, Ignacio Pla, por presunto caso de tráfico de influencias o incluso de corrupción. Algo que va a enturbiar este momento dulce de la precampaña del PSOE y que Zapatero querrá compensar consiguiendo cuatro diputados más para España en el Parlamento Europeo durante la Cumbre de Lisboa donde se espera culminar la reforma del Tratado de la Unión propuesta por Merkel y Sarkozy.

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