viernes, octubre 19, 2007

Monica Fernandez Aceytuno, Se vende

viernes 19 de octubre de 2007
Se vende

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
Así como hubo un contagio loco a la hora de comprar la casa, que se vendían los pisos como si los regalaran; de la misma manera, por contagio, según ponga el vecino el suyo en venta, querremos saber qué dan por el nuestro y colgaremos también el letrero de: SE VENDE.
Los niños que empiecen a leer ahora no escribirán jamás vender con «b», porque la primera frase que habrán leído mirando hacia arriba paseando en su sillita, será: SE VENDE.
Los letreros, han mejorado mucho. Antes, se escribía SE VENDE sobre la fachada con pintura que lloraba como si las letras anticiparan la pena de verse la casa despojada de sus dueños. Pero la cosa va mejorando, y hoy esas letras con sus números de teléfono están bien rotuladas y se leen con claridad. Empero, en las fincas, aún se clava en una estaca un letrero que se escribe a mano, sobre una plantilla que fosforece de noche como los ojos del engañapastores con la luz de los faros. De día, sirve el letrero de percha para el ratonero, que no sabe que su territorio está en venta.
Tal y como van las cosas, el último fin de semana del mes, la gente no irá de compras, sino de casas, y la frase «sólo estoy mirando» no se aplicará a la ropa sino a los pisos. Habrá tantos en venta que se podrá pasar la tarde imaginando cómo hubiera sido nuestra vida en ellos, o averiguando al fin, con gran decepción, cómo es la casa del vecino.
Dicen que un escritor vende libros si mucha gente los compra. No sé qué tal se vendería un libro que se titulara «SE VENDE». Tal vez nadie lo compraría. Porque, en la calle, cuantos más letreros dicen SE VENDE, menos pisos se venden ese día.

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