sábado, octubre 20, 2007

Mariano Alierta, El Gobierno no hizo nada por evitarlo

sabado 20 de octubre de 2007
Salarios reales estancados
El Gobierno no hizo nada por evitarlo
La falta de una política fiscal restrictiva del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero es contraria a los intereses de los trabajadores.

Mariano Alierta

Como vimos en un artículo anterior, la economía española ha crecido entre 2004 y 2007, pero los salarios de los trabajadores, en términos de poder adquisitivo, se han quedado al margen de este crecimiento, según se deduce de los datos publicados por el INE. Esto es debido a que la remuneración de los asalariados en su conjunto ha crecido menos que el PIB, al aumento en el número de trabajadores y al crecimiento de los precios.
¿Han sido las políticas económicas del Gobierno las responsables de este estancamiento de los salarios reales de los trabajadores? No voy a analizar lo sucedido más que en el caso de la subida de los precios, no porque el Gobierno haya actuado necesariamente bien en lo que se refiere a las otras dos causas del estancamiento, sino porque es la que tiene más posibilidades de tratamiento con una política fiscal apropiada. Y lo cierto es que se nota una falta de respuesta adecuada por parte del Gobierno para evitar las consecuencias derivadas del crecimiento de los precios en los salarios reales.
El IPC ha sido en el periodo indicado (entre el segundo trimestre de 2004 y el de 2007) de un 9,8%, mientras que el crecimiento nominal medio de los salarios ha sido de un 10,6%, por lo que, en términos de poder adquisitivo, el sueldo real de cada trabajador han crecido un 0,7% durante el Gobierno socialista. Esta estimación utiliza datos de crecimiento del empleo de la Contabilidad Nacional Trimestral de España (CNTE). Si hubiera utilizado los de la EPA, los salarios reales habrían descendido un 2,6 % entre 2004 y 2007.
El crecimiento de los precios ha sido un factor muy importante para el estancamiento de los salarios en términos reales. Si el incremento de los precios en España hubiera sido similar al de la Unión Europea, un 6,5%, el aumento de los salarios reales en España hubiera sido de un 4%, una cifra que puede considerarse ya como una mejora. Y si nuestro IPC hubiera sido parecido al de Francia, un 5,4%, el crecimiento de los salarios habría alcanzado el 5,2%, una cifra aún más alta.
Es decir, el crecimiento de los precios se ha comido el posible aumento de los salarios reales. Por tanto, si se hubiera tenido interés por el dinero que ganan los trabajadores, el Gobierno debería haber emprendido una política fiscal restrictiva, reduciendo el gasto público, para combatir el incremento de los precios haciendo que el Estado gastara menos. Pero no es eso lo que se ha hecho en España estos tres últimos años. Ha habido cierto superávit, pero como consecuencia de un crecimiento extraordinario de los ingresos, no a una contención del gasto.
La recaudación del Estado (sin contar la seguridad social) ha crecido entre 2004 y 2007 un 37%. Si se compara con el aumento del 17% en el periodo similar inmediatamente anterior, entre 2000 y 2003, puede verse que ha sido un crecimiento extraordinario, que es el responsable de haber reducido los déficit del Estado e incluso de los pequeños superávit que se han producido. De hecho, el Gobierno de Zapatero no previó que fuera a tener lugar un superávit del Estado en los presupuestos para 2005 y 2006; se tropezaron con él en 2004, 2005 y 2006 porque aumentó la recaudación.
Tampoco en este momento hay una política fiscal restrictiva, ni se la espera. La impresión que produce el Gobierno en relación a los presupuestos de 2008 es exactamente la contraria, con su incansable reparto de dinero y promesas a diversos colectivos y comunidades. En lugar de contener el gasto, despilfarran el dinero público.
La falta de una política fiscal restrictiva del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero es contraria a los intereses de los trabajadores, porque supone una renuncia a luchar contra los incrementos del coste de la vida que impiden que los sueldos de los asalariados aumenten de verdad. El crecimiento de los precios en España, muy superior a la media de los países de la Unión Monetaria, tiene muchas consecuencias negativas, pero es especialmente importante su repercusión en los salarios reales ya que afecta muy gravemente al bienestar de los ciudadanos españoles, que en su mayor parte dependen de los salarios como fuente de sus ingresos.
Mariano Alierta, diputado constituyente y ex senador.

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