jueves, octubre 18, 2007

Manuel Alcantara, Estiercol del diablo

Estiércol del diablo
18.10.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

Parece que el dinero empieza a correr menos que sus perseguidores. Por mucha prisa que nos demos por alcanzarlo, él nos adelanta. El poderoso caballero, que si bien se mira no todo lo puede, ya que de nada sirve cuando llegan la enfermedad y la muerte, salvo para que firmen nuestra defunción los mejores médicos y el entierro sea de primera, clase especial. Ahora está siendo más cortejado que nunca. Hablar de él siempre ha sido una ordinariez, por cierto, bastante habitual, pero es el Banco de España el que inicia todas las conversaciones. Discrepa del presidente del Gobierno y sigue recomendando a las entidades financieras que busquen negocios alternativos al de los créditos al sector inmobiliario. Incluso antes de estallar la crisis nos ha llegado el estrépito.Lo peor de perder los nervios es que luego es muy difícil volver a encontrarlos. Nunca se sabe dónde los habíamos puesto. Por eso, la Mistinguett, aquella admirable mujer que había vivido en diferentes posturas, preferentemente la horizontal, cuenta en sus Memorias que jamás había encontrado un calmante de los nervios comparable al dinero. Al que lo tiene se le nota incluso de espaldas, ya que camina de otro modo. Habla serenamente del descenso del importe de las hipotecas, que crecían entre nosotros un 41 por ciento hace año y medio y ahora están en un 14. ¿Qué va a ocurrir si continúa la rampa de deslizamiento? Mientras el presidente Zapatero, al que nadie puede acusar de pesimista, recomienda a las entidades financieras que busquen otras alternativas, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, lo que recomienda es prudencia, mucha prudencia. Una virtud imprescindible cuando se incendia un teatro, ya que permite que todos los espectadores mueran carbonizados. El dinero es el estiércol del diablo, que dijo Papini. Hace falta, mientras seamos tierra y seamos tiempo.

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