lunes, octubre 08, 2007

Luis Pousa, Una vocacion demostrada

martes 9 de octubre de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIN FILTRO
Una vocación demostrada
Hace cuatro lustros Galicia era considerada en el resto de España una privilegiada, porque se llevaba la mayor proporción de la cuota láctea asignada al Estado español por la Unión Europea, a raíz de su entrada en el club de Bruselas. La verdad es que desde la perspectiva gallega y habida cuenta de su potencial de crecimiento en el vacuno de leche y de carne, la asignación se quedaba muy corta. Pasados los años, se comprobó que las quejas de otras comunidades autónomas no tenían fundamento: les sobraba cuota, y empezaron a venderla al mejor postor.
¿Y quiénes fueron los demandantes en esos mercados de títulos para producir? Los ganaderos gallegos, que volvieron a demostrar en plata lo que todo el mundo ya sabía en hierro, su enorme capacidad de sacrificio para salir adelante en condiciones complicadas, y cómo lo de la vocación productiva láctea no es hablar por hablar.
Aquel extraño mercado de cartones de cuota era una inmoralidad desde el punto de vista económico de la gestión de recursos escasos. Asignarle producción a quien no la empleaba en producir, sino como papel de un mercado de títulos, era una aberración administrativa que atentaba contra el sistema de precios de las unidades de producción -las explotaciones-, y contra el principio de eficiencia productiva del sector. En menos palabras, generaba un fraude consentido.
Por lo que el Ministerio de Agricultura acabó poniendo orden en el desaguisado especulativo, haciéndose con la cuota sobrante para, posteriormente, reasignarla con arreglo a criterios objetivos de demanda real por parte de los productores. Y de nuevo se comprobó que los ganaderos gallegos respondían. De tal manera respondían que convirtieron a Galicia en la única comunidad autónoma que, hasta hoy, ha seguido comprando cuota e incrementándola.
Pero en todo ese ya largo recorrido de afianzamiento de su vocación productiva, el sector lácteo gallego no ha sido capaz de cerrar el ciclo productivo, generar valor añadido y que éste repercutiese positivamente en la cuenta de resultados de los ganaderos. La dependencia de una industria láctea, cuyos centros de decisión están fuera del ámbito gallego, muestra las debilidades de un modelo económico descabezado en su fase empresarial más decisiva y ventajosa.
Hasta aquí hemos llegado. Ahora resulta que, casi por sorpresa, la industria láctea ha empezado a pagar más por el litro de leche, cuando no hace tantos meses que su tendencia estructural era a recortarlo, aduciendo una serie de razones, entre otras, la sobreabundancia del alimento blanco. Y quienes antes negaban la mayor, ahora nos descubren que China e India están creciendo a un ritmo de dos dígitos, que los biodiésel, al utilizar cereales como materia prima, presionan al alza sobre los precios de éstos, que los almacenistas y distribuidores están forzando la escalada de los precios mediante maniobras de estrechamiento de los suministros y que en España faltan entre 2 y 3 millones de toneladas de leche para que la oferta equilibre con la demanda. ¡Vaya novedad!
Y, ya por último, se recupera el debate de si la cuota desaparecerá en el horizonte del año 2014. Puede que sí, pero si aún así fuere, el conjunto de variables en juego sugiere que Galicia puede ganar esa batalla si el sector se une para librarla.

No hay comentarios: