jueves, octubre 18, 2007

Luis Pousa, No es alarmante

viernes 19 de octubre de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
No es alarmante

El clima de confianza general de los gallegos en la marcha de la economía cae tres puntos; el clima de confianza personal en ese mismo futuro se mantiene en los niveles más altos de los últimos diez años. Son datos del barómetro del Clima Social de Galicia, correspondiente al tercer trimestre de este año, dados a conocer esta semana.
¿Por qué la visión general es sensiblemente diferente a la personal?
En principio, la respuesta a esa interrogante no plantea mayores dificultades explicativas: la opinión agregada de los ciudadanos se conforma en gran medida a partir de los estados de opinión que generan los medios de comunicación, al trasladar éstos a la calle datos y declaraciones. Si bien, cuando se ofrece una mezcolanza de decires y saberes expertos y no expertos, se corre el peligro de desinformar más que de informar, pues ese conjunto tiende a provocar confusión en lugar de aportar claridad.
En cualquier caso, es cierto que los efectos de la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos están ahí; que los mercados financieros internacionales acusan el golpe y agitan las aguas de sus procelosos mares; o que la imparable subida del precio del petróleo puede dar al traste con los intentos de que el estornudo del tío Sam no se convierta en algo más grave, y necesitado de un tratamiento paliativo más severo.
En el caso de España, al panorama descrito hay que añadirle el final del ciclo del ladrillo, algo que no cogió a nadie por sorpresa, pues estaba requeteanunciado, y la desconfianza en el sector bancario, pese a que los niveles de solvencia de la banca española son de los más altos del mundo.
Ese desasosiego está incentivado, coyunturalmente, por la proximidad de unas elecciones generales, en las que algunos actores políticos y mediáticos no se resisten a tirar la piedra y esconder la mano, pese a estar advertidos por los agentes económicos de que la confianza es axiomática al crecimiento.
El pseudo principio revolucionario del cuanto peor, mejor, todavía tiene algunos adeptos en muy diferentes y hasta antagónicos ámbitos ideológicos.
Confianza y optimismo son, por así decirlo, dos palabras clave para que la economía gallega mantenga las espectativas de un crecimiento que cree empleo y recorte las distancias con las zonas más ricas de España y del resto de Europa. Dicho en lenguaje comunitario, converja.
Por lo que apunta el barómetro del tercer trimestre, la caída de la confianza no es todavía alarmente, pues se mantiene en cotas altas, y, a nivel personal, los gallegos muestran una gran confianza en sí mismos. Hay otros datos de coyuntura que ayudan a apuntalar, de momento, una visión más positiva que negativa de la situación real.
Por ejemplo, los resultados obtenidos por Caixa Galicia en el tercer trimestre señalan que su nivel de morosidad es del 0,58 por ciento, dos décimas menos que la media de las cajas españolas, y en lo tocante a la promoción inmobiliaria, la cifra se queda en un 0,04%. Eso sí, la entidad detecta una menor demanda en el crédito a la promoción inmobiliaria, coherente con la evolución del mercado de la vivienda. Mantiene un excedente del liquidez estable y, en lo que va de año, los créditos a la empresas crecieron un 47%.
Son datos reales, no imaginados.

No hay comentarios: