La memoria historica no se impone

martes 9 de octubre de 2007
La memoria histórica no se impone
El presidente de la comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, ha convocado la ponencia que se encargará de abrir el debate de las enmiendas presentadas por los distintos grupos después de las aproximaciones en torno al texto de la ley de la Memoria Histórica alcanzadas en las últimas semanas por el PSOE y distintos grupos parlamentarios. Todo esto ha permitido dar vía libre a la tramitación del proyecto. Uno de los pilares del pacto constitucional fue superar la dialéctica de las dos Españas y mirar hacia el futuro con optimismo. Ningún presidente del Gobierno hasta la fecha había roto este consenso hasta que llegó Zapatero al poder. Parece mentira que en el año 2007, en pleno siglo XXI, un Gobierno quiera resucitar el guerracivilismo y partir de nuevo España en dos mitades irreconciliables.
La búsqueda de la «víctima del franquismo» se ha convertido en uno de los deportes favoritos de los medios afines al Gobierno, y sus historias se reviven con pasión política y entusiasmo desbordados. Somos una nación que ha aprendido del pasado, se ha reencontrado consigo misma y no está por la labor de mirar hacia atrás. La irresponsabilidad de Zapatero, jaleada por una izquierda radical que nunca enterró el hacha de guerra, ha reabierto un debate inexistente. No hay españoles buenos ni malos en función de sus ideas políticas, del mismo modo que no es de recibo identificar a los que les tocó combatir en el lado republicano con ángeles, y a los que lo hicieron en el nacional con demonios. Dice la oposición que «es un profundísimo error. Retrata quién es Zapatero, para qué ha sido elegido, y qué intenciones tenía al ser elegido: rememorar la Guerra Civil y olvidar la Transición y la Constitución». Dice que Zapatero está «obsesionado por el pasado».
La Historia de España no pertenece a un partido político, ni a una ideología, sino a todos. Conocerla y respetarla tal cual fue es nuestra obligación para que las generaciones de españoles que vengan la reciban sin añadidos, sin manipulaciones y, sobre todo, sin odio.
Juan Carlos Moreno
Sevilla