miércoles, octubre 10, 2007

La agonia del SPD

jueves 11 de octubre de 2007
La agonía del SPD
Aún humean las cenizas de aquel proyecto tan frívolamente jaleado como efímero y ridiculizado de llevar al poder en Francia a un Partido Socialista (PSF) con una dirigente vacua, inane y «zapaterizada» como Ségol_ne Royal, cuando se ha puesto a arder el gran partido socialdemócrata europeo por antonomasia, que es el alemán. El SPD entró en crisis antes de la victoria antiamericana del último mandato de Gerhard Schröder, pero ha entrado en agonía hace meses en el seno de una gran coalición en la que todos los buenos resultados de la alianza los cosecha la canciller Angela Merkel.
No era por ello sorprendente que se agudizaran las contradicciones entre su presidente Kurt Beck, en busca desesperada de autoridad, y unos ministros socialdemócratas en el Gobierno que quieren consolidar el proyecto de recuperación económica común con los democristianos sin lanzarse a nuevas aventuras de subvenciones populistas. El gran partido socialista alemán, pionero en todo lo que la izquierda democrática ha hecho en Europa, no hace ya sino reflejar el inmenso dilema general de una izquierda que se debate entre tener que aceptar con correcciones la supremacía del centrismo liberal y quienes no encuentran otra opción que el retorno a las cavernas de la rigidez izquierdista, el dirigismo económico y la aventura populista.
El martes, Merkel, la canciller de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que dirige la gran coalición, advirtió por primera vez a sus socios socialdemócratas -y con más severidad de la que acostumbra a exponer en público- que las veleidades populistas de algunas de sus facciones ponen en peligro la continuidad de la coalición. Lo que podría parecer sólo una lucha menor por la prolongación del subsidio de desempleo para unos tramos de parados de mayor edad son, según advierte ya el socio democristiano, una concesión que busca la izquierda del SPD para dinamitar el rigor de las reformas que están de hecho marcando la recuperación económica de Alemania.
El sindicalista al rescate
Resulta paradójico que al final sea un viejo tradicionalista con hondas raíces en el sindicalismo como es el vicecanciller Müntefering, como aliado con los ministros de Finanzas, Peer Steinbruck y el de Exteriores, Frank-Walter Steinmaier, el que lidere el frente de lealtad a la gran coalición y de defensa de las reformas liberalizadoras frente a aquellos que quieren escuchar los cantos del izquierdismo demagógico de un Oskar Lafontaine, ya definitivamente integrado en un partido, la Nueva Izquierda (NL) identificable con los devaneos estatalistas, neocomunistas, antiglobalizadores y rayanos en el antisistema de sectores del socialismo español y de la amalgama protoideológica que ha acabado liderando Prodi en Italia. Como ciertos sectores del socialismo europeo meridional, en el SPD se han reactivado las corrientes que se consideran más cercanas ideológicamente a los herederos del partido comunista de Alemania oriental que a las corrientes que han asumido plenamente el mercado y la democracia sin adjetivos.
Coalición para las reformas
La solución extraordinaria de una alianza entre los dos grandes partidos alemanes, la CDU y el SPD, fue celebrado en su día por toda la socialdemocracia como la solución menos mala ante un panorama de crisis grave y un bloqueo de las reformas que tampoco Gerhardt Schröder, pese a su pragmatismo, había logrado superar.
Si en otras partes del mundo el giro hacia posiciones izquierdistas intervencionistas o abiertamente liberticidas no es ya siquiera noticia, sí supone un motivo de alarma que, ante la encrucijada en que se halla la izquierda cuando ya apenas mantiene gobiernos, salvo los ya casi periféricos como el español o el italiano, surja una tendencia radical no ya en el partido escindido de Oskar Lafontaine, sino en el propio seno del SPD. La buena noticia podría estar en que, de no imponerse los socialdemócratas en el SPD a corto plazo, unas elecciones anticipadas en Alemania podrían llevar al histórico partido a un no menos histórico desastre. Otra noticia que debería sembrar la alarma en el SPD es que la CDU y los liberales del FDP llevan ya tiempo en conversaciones. Y las cifras podrían cuadrar.

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