lunes, octubre 22, 2007

Julian Garcia Candau, El placer de la venganza

martes 23 de octubre de 2007
El placer de la venganza Julián García Candau

El deporte actual proporciona el perverso placer de que disfrutemos tanto de la victoria de los nuestros como de la derrota de los adversarios. Ha ocurrido en la Fórmula 1. Puesto que no ganaba Fernando Alonso, en modo alguno deseábamos que venciera Lewis Hamilton. Kimi Raikkonen se convirtió para los españoles en una suerte de vengador, en individuo que nos proporcionó el deleite de que el inglés no estuviera en lo más alto del podio, lugar en el que deseábamos que hubiera estado por tercer año consecutivo Alonso.
El sábado, media España festejó los goles del Villarreal. El equipo valenciano, cuyo debut en Primera tuvo como recibimiento una sonora pitada, y no se sabe por qué, en el Bernabéu, puso el color amarillo en el corazón de los madridistas porque se imponía, y además de manera extraordinaria, por juego y goles al Barcelona.
Otra media España vistió los colores albiazules poco después cuando el Espanyol se impuso al Real Madrid. Los barcelonistas, humillados en El Madrigal, se sintieron reconfortados, ironías del destino, con los goles españolistas. De nuevo se pudo decir que el autor del mejor tanto se llama Raúl, pero es de Santa Coloma y se apellida Tamudo.
Le hemos perdido el respeto al fair play, aunque todo hay que decirlo, los primeros que lo hicieron fueron los propios ingleses que se ciscaron en su eslogan. Cuando Nalbandian derrotó a Federer oí decir que ello estaba muy bien porque había ganado a Nadal y se demostraba que nuestro tenista no había caído ante un don nadie. Tenemos recursos para cualquier resultado.
Esta semana es de las que puede calificarse de monumento a la estulticia porque en las confrontaciones de los equipos españoles con extranjeros en competiciones continentales, siempre hay necios que mienten diciendo que desean que gane tal equipo porque es español. Ningún madridista desea la victoria del Barça y a la viceversa.
Siguiente artículo >>

No hay comentarios: