jueves, octubre 18, 2007

Juan Urrutia, Los condenados

viernes 19 de octubre d e2007
Los condenados
Juan Urrutia
M E perdonarán ustedes, queridos lectores, por insistir en un tema ya tratado en esta publicación en recientes fechas pero no puedo quedarme impasible ante tal cuestión. Me refiero a que pronto puede que tengamos un articulista menos que leer semana tras semana. Habrán adivinado que se trata de Ernesto Ladrón de Guevara López de Arbina cuya vida correrá serio riesgo, ya lo corre en realidad, de serle retirada la escolta el día treinta de el presente mes. No será el único, toda persona que haya cesado en un cargo público y sea molesta para el nacionalismo totalitario, como lo lleva siendo Ernesto tantos años, correrá la misma suerte. El argumento esgrimido por la Consejería de Interior del Gobierno vasco es, como mínimo, ridículo e hipócrita. Al más puro estilo de los antiguos romanos, los modernos imperialistas del PNV pretenden echar a los leones a quienes profesen una religión diferente a la suya: el nacionalismo. No disponemos de excesivas armas para luchar contra quienes con esta acción se convertirán, aún más, en cómplices de los terroristas. Hasta el momento el intento por recoger firmas contra está barbarie ha perdido la fuerza de los primeros días. Firmar no compromete a nada, cuesta menos y, por supuesto, no entraña riesgo alguno. Sin embargo el número de gente que se decide a otorgar su aportación, que por pequeña que parezca es importante, disminuye alarmantemente. Aquellos de ustedes que me sufran con frecuencia me habrán visto criticar la fea costumbre que tiene esta enfermiza sociedad vasca de mirar indolentes a los amenazados diciendo: “a ese cualquier día se lo cargan”. Escribo estas líneas precisamente porque me niego, no puedo, me resulta imposible quedarme quieto esperando que le pase algo a un hombre honrado cuyo único pecado ha sido defender con la palabra nuestra maltrecha democracia y abogar por un sistema educativo libre del adoctrinamiento fascista que convierte nuestras escuelas en factorías de terroristas. Lo mismo puedo decir de tantas personas a las que no tengo el gusto de conocer pero se encuentran en la misma triste situación por análogos motivos. Si permitimos que esto suceda, si nos rendimos sin luchar... Entonces es que nuestra sociedad está más que enferma, acabada diría yo. Si desean aportar su firma, nombre, apellidos y DNI, contra la locura que acabo de describirles pueden hacerlo en: firmaporsuvida@gmail.com Más información: www.espacioblog.com/firmaporsuvida Gracias a todos de antemano.

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