jueves, octubre 18, 2007

Jose Oneto, Ibarretxe, erre que erre...

viernes 19 de octubre de 2007
Ibarretxe, erre que erre… José Oneto

Varios días después de su encuentro en el Palacio de la Moncloa con el presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, donde fue tratado protocolariamente como si fuese el primer ministro de un Gobierno extranjero (pero amigo), y de ahí la comparecencia pública del presidente español, el lehendakari Juan José Ibarretxe sigue adelante con su plan soberanista, que no deja de ser una reedición, un poco matizada, de su primitivo planteamiento de Euskadi como Estado Libre Asociado a España que fue rechazado por el Parlamento español.
Aunque hasta el periódico Gara, cercano a las posiciones de la izquierda abertzale, lo deja bien claro (“Zapatero blande la legislación española como antídoto contra todo cambio en Euskal Herria”), Ibarretxe ha comentado con varios de sus consejeros que él seguirá adelante con su plan de convocar dos referendos: uno el 25 de octubre del 2008 y otro dos años más tarde, en el 2010.
Su argumento sigue siendo el mismo: si en un momento determinado tanto el Partido Socialista como el Gobierno, en la reunión que se celebró en el monasterio de Loyola durante el proceso de paz, en la que él no tuvo la menor intervención y estuvo al margen, se aceptó hablar, aunque no decidir, sobre la territorialidad de Euskadi, sobre el derecho a decidir del pueblo vasco y sobre un futuro órgano de coordinación entre la Comunidad vasca y la Navarra, según se reconoce en el régimen foral navarro, no tiene ningún sentido que ahora, cuando él tiende la mano al Gobierno para hablar de algunos de esos temas, se esgrima la Constitución y no se acepte su mano tendida.
Como Ibarretxe no tiene mayoría en el Parlamento vasco, la clave va a estar en lo que decida el mundo de Batasuna, que se engloba hoy en el Partido Comunista de las Tierras Vascas.
El titular de Gara da ya una primera pista de por dónde puede ir la postura de la izquierda abertzale en ese pleno del Parlamento vasco que se celebrará después de las generales del mes de marzo, en el mes de junio, cuando se sepa quién es el ganador, y si ese ganador va a tener que contar con los votos del Partido Nacionalista Vasco para poder gobernar.
Esa izquierda, que en estos momentos está pasando por el peor de toda su historia con la mayoría de sus dirigentes en prisión (¿quién se acuerda del negociador oficial Arnaldo Otegi, el Gerry Adams español?), no cree que el lehendakari pueda conseguir lo que no ha podido conseguir Batasuna durante todo el periodo negociador que terminó con la ruptura oficial de alto al fuego y con la apertura de todos los frentes de lucha que, por el momento, sorprendentemente (salvo la explosión de la terminal T-4 en Madrid), no ha producido ninguna víctima mortal.
El lehendakari sólo puede sacar su renovado plan y la apertura del referendo del mes de octubre con el visto bueno y los votos del Partido Comunista de las Tierras Vascas.
En esta hipótesis, Ibarretxe pediría que ETA se sumase a su plan del referendo intentando convencerles de que la única salida viable es la lucha política.
La otra hipótesis, la más probable, es que los comunistas de las tierras vascas voten en contra del renovado Plan Ibarretxe y que ETA, convencida de que por ese camino no se llega a ningún sitio porque siempre el Gobierno acudirá a los principios constitucionales para impedir la consulta, encuentre nuevas justificaciones ante sus bases para proseguir una lucha armada que parece, por el momento, no tener fin.
Pero todo eso, incluido un futuro escenario, no parece preocuparle al lehendakari. Él va a seguir con su plan erre que erre, aun sabiendo de antemano de que no hay ninguna posibilidad de referendo, a menos que éste sea el punto final de un Estatuto de Guernica renovado y que cuente con más apoyos políticos de los que cuenta el que está actualmente en vigor.
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