martes, octubre 23, 2007

Ignacio Camacho, Aves como sea

martes 23 de octubre de 2007
Aves como sea

IGNACIO CAMACHO
DISFRAZADO de Papá Noel, con una Z bordada en el traje rojo, Zapatero se ha propuesto regalar tres Aves en las vísperas de Navidad, del 21 al 23 de diciembre: Barcelona, Valladolid y Málaga. Ocurre que todos van con retraso, tienen dificultades técnicas serias y dependen de ese prodigio de serenidad y eficacia que se llama Magdalena Álvarez, capaz de convertir ella solita un problema de ingeniería en una crisis de emergencia social. Z ex P se juega muchos votos, y Álvarez se juega lo poco que le queda de crédito gestor, de modo que en Moncloa ha sonado ya la consigna-fetiche de este mandato: hay que acabar las obras «como sea». Y, de momento, más de cien mil barceloneses, habitantes de la periferia que vota socialista, han sido apeados por las bravas de sus trenes de cercanías para que la alta velocidad se abra paso a costa de la nula velocidad de sus transportes cotidianos hasta los quehaceres con que se ganan la vida. Que vayan andando los trabajadores para que el presidente pueda colgarse la medalla. Por algo se les llama ciudadanos «de a pie».
Aplicada a las inauguraciones preelectorales, la filosofía del «como sea», la gran aportación política del zapaterismo, puede convertirse en la apoteosis de la chapuza y la simulación. El objetivo es cortar una cinta delante de las cámaras, bajarse del tren a cantar el Gordo para tres ciudades antes que los niños de San Ildefonso, y después que sea lo que Dios quiera. Si hay que volver a cerrar, se cierra. Si hay que volver a molestar, se molesta. Si hay que remodelar el trazado -por ejemplo, porque un túnel se inunda de modo recurrente, como en la línea Córdoba-Málaga-, se remodela. Si los convoyes han de esperarse unos a otros para compartir una sola vía, como en la ruta vallisoletana, pues que se esperen. Si tiembla la Sagrada Familia gaudiniana, que tiemble. Si el servicio real no puede funcionar hasta enero, hasta marzo o hasta junio, pues ya veremos. Y si hay que colapsar Barcelona para abrirle paso a la incompetencia de una ministra desbordada e incapaz, pues se colapsa. Que se fastidien los usuarios; agua y ajo. El compromiso de puntualidazzzzzzz del presidente tiene absoluta prioridazzzzzzz. Como sea. A costa de quien sea. Por encima de lo que sea.
Y sin embargo, Zapatero se equivoca. Y se equivoca en su propio perjuicio. Porque los beneficiarios del AVE no van a estar entre quienes sufren el agobio diario de la red de cercanías. Porque el cabreo social no va a amainar con un servicio incompleto inaugurado a trancas y barrancas. Porque las improvisaciones actuales van a hacer crisis después dejando al descubierto el nivel de las chapuzas. Porque su débil Gobierno no sabe ni puede manejar con rigor un reto de esta envergadura. Y porque, en su soberbia, la ministra de Fomento ni siquiera ha tenido el coraje de pedir disculpas por el caos. «Perdonen laz moleztiaz, estamoz trabajando para ustezzzzzzz». Podría probar a ver si es verdad que todo puede decirse con una sonrisa.

http://www.abc.es/20071023/opinion-firmas/aves-como_200710230320.html

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