miércoles, octubre 10, 2007

Hacia la libre entrada textil chino en la UR

jueves 11 de octubre de 2007
Hacia la libre entrada del textil chino en la UE R. Tamames y M. López

Esta semana los representantes del gobierno de la República Popular China y los de la Comisión Europea han alcanzado un acuerdo mediante el cual se suprimen las cuotas europeas a la importación de productos textiles chinos, instaurándose en su lugar, para el 2008, un sistema de vigilancia conjunta previo a la liberalización total del 2009.
Ya en 2005, siguiendo el mandato de la Organización Mundial de Comercio (OMC), la UE eliminó las cuotas de entrada de los textiles procedentes de China, lo cual produjo un aumento espectacular de las importaciones de éstos. Ante tal avalancha de productos “made in China”, el conflicto de intereses chino-europeos se resolvió con un acuerdo de aplicación de límites a la importación en diez productos considerados especialmente sensibles (camisetas, jerséis, pantalones de caballero, blusas, vestidos, sujetadores, ropa de cama, hilo de lino, telas de algodón y ropa de cocina).
A partir del 1 de enero de 2008, el citado sistema de doble control vigilará la emisión de permisos de exportación en China y la importación de bienes en la UE de ocho de los diez productos antes reseñados, quedando fuera del estricto seguimiento las telas de algodón y la ropa de cocina; dado que según explicó el portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Peter Power, en ninguno de los dos casos se llegó a agotar la cuota para importar a Europa.
Según fuentes comunitarias, desde 2005 hasta que expire el actual acuerdo a finales de 2007, los productores europeos habrán tenido un periodo de transición para adaptarse a los nuevos niveles de competencia, inversión en cambios tecnológicos e innovación y enfoque en productos de alto valor agregado. Y en palabras del comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, con el nuevo sistema de vigilancia conjunto, productores europeos y exportadores chinos podrán tener una imagen más clara del futuro del sector a medida que se alcanza la última etapa de la liberalización del comercio de textiles y confecciones. De tal forma que se permitirá una transición controlada hacia esa liberalización, que además se espera ayude a contener las tensiones inflacionistas europeas.
Por otra parte, no debemos obviar que el control conjunto a que nos referimos advertiría con gran celeridad sobre una “nueva invasión de textiles chinos”. Pudiéndose imponer, en ese hipotético escenario, medidas de salvaguardia, siempre, eso sí, bajo las reglas de la OMC.

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