German Yanke, Los cuidados de Rajoy

martes 23 de octubre de 2007
Los cuidados de Rajoy Germán Yanke

Debería tener Mariano Rajoy mucho cuidado porque el tiempo pasa a velocidad inimaginable de antemano y, sin darse cuenta, va a estar contando los votos de las próximas elecciones. En el otro lado de la vereda puede haber mucha insustancialidad, vídeos incluidos, pero da la impresión de que el plan para combatir el vértigo está elaborado. Los hay que dicen que, precisamente por esa deriva trepidante del Gobierno y su partido, la tarea del PP es esperar los errores del adversario y ganar el combate cuando se produzca el resbalón y no por un directo en el ring. Quién sabe… pero, al menos hasta el momento, la paciente espera de las equivocaciones del contrario, incluso jalearlas cuando llegan, no ha inclinado la balanza a favor de la derecha. Así que más vale tener cuidado.
Mientras espera, el nerviosismo de su “tropa” le va a ir causando más y más problemas. Un sorprendente Jaime Mayor Oreja se niega a condenar el franquismo y no, que ya sería llamativo, porque no fuera el momento, sino porque “representaba a un sector muy amplio de los españoles”. Menos sorprendente, Esperanza Aguirre se encara con el Rey para defender a Federico Jiménez Losantos, justo al mismo tiempo que se especulaba sobre el parecer de algunos miembros de la Casa Real acerca del vídeo de Mariano Rajoy invitando a celebrar la Fiesta Nacional. Si la respuesta del PP es asombrarse o enfadarse por la revelación del contenido de una conversación privada del Rey, habrá que reconocer que el pasmo o la queja alcanza a la propia presidenta de Madrid. Más barullo.
Un irónico ex ministro y actual diputado dice, al término de una conferencia de Juan Costa, coordinador del programa electoral del PP, que “ya se ha deshecho el suflé”, algo que, más allá de las divergencias ideológicas para elaborar la propuesta electoral, revela que lo que tiene Mariano Rajoy a día de hoy es a Juan Costa, no un programa. El líder del PP, para sentirse arropado, vuela una y otra vez a Valencia, en donde el próximo sábado se presentará como candidato en una gran fiesta. Pero allí sus más fieles sí que están entre pasmados y cabreados por las gestiones de Ángel Acebes para que Eduardo Zaplana sea el candidato del partido en aquella circunscripción. Retomado el control de la CAM por los hombres de Camps, podían haber esperado que Zaplana, al igual que la apertura fantástica de una sucursal de la Caja en Seseña, se presentara por esa u otra provincia. Pero no, el secretario general del PP, que en otros casos —como el de Alberto Ruíz-Gallardón— levanta la voz para que nadie hable de listas, serpentea por aquí y por allá para colocar a los suyos.
Son sólo unos ejemplos de los muchos que seguirán o que se pueden reseñar del pasado reciente. No sé cuáles ocurren o se pergeñan al margen del presidente del PP, con su consentimiento e impulso o su propio espanto, pero debería tener cuidado. Mucho cuidado.