martes, octubre 23, 2007

German Yanke, Justicia controlada

miercoles 24 de octubre de 2007
Justicia controlada Germán Yanke

La independencia de la Justicia no es sólo una exigencia formal de la división de poderes, que no es poco, sino, al mismo tiempo, la garantía que tienen los ciudadanos para que el principio de legalidad sea efectivo. Por ello, la vergüenza de un Consejo General del Poder Judicial politizado hasta parecer un desajustado Parlamento, sede de la discusión de los partidos políticos o sus patrocinados, resulta más sangrante.
El PP puede quejarse sólo a medias de una concepción del Poder Judicial como larga mano del poder político porque, en contra de sus propias propuestas electorales, e incluso teniendo como tuvo mayoría absoluta, se abonó con el Pacto por la Justicia a aquella tesis. Lo abandonado entonces se paga ahora cuando el PSOE sigue con su proyecto y pretende tener “mayoría” en el Consejo y dar entrada en el mismo, como si se tratara de un órgano político, a sus socios nacionalistas. Todo ello, además, después de empezar a dar carta de naturaleza a los consejos autonómicos, más que sospechosos de anticonstitucionalidad.
Nadie parece acordarse, además, salvo alguna asociación de magistrados, de que el propio Tribunal Constitucional estableció oportunos criterios para modificar el sistema actual de elección de los miembros del Consejo, que ni garantiza la independencia ni responde a otro sentido que el del control político.
Ante ese Poder Judicial politizado que se nos propone desde el Gobierno, el PP responde con poca habilidad. En primer lugar, como digo, por el abandono de las propuestas de sus propios programas. En este periodo preelectoral, y ante la gravedad de la situación, tampoco se conoce que el programa que se prepare tenga un contenido renovador y garantista de la independencia de los jueces. Queda, por el momento y como tantas otras cosas, en el arcano de las discusiones internas del PP y, así, se debilita la oposición conservadora.
Ahora, en una finta llamativa, el portavoz parlamentario del PP dice que las negociaciones para la renovación del CGPJ quedan rotas por una falta de sintonía que incluiría otras cuestiones relativas a la Justicia, como los futuros nombramientos de jueces sin oposición que planteó el ministro Bermejo y negó la vicepresidenta del Gobierno. Es ésta una cuestión importante de la discusión política, pero no viene al caso. Y velará aún más la visibilidad de la posición del PP ente el presente y el futuro del órgano de gobierno de los jueces.
Dice Zaplana que el PSOE quiere controlar el Consejo, y en ello no le falta razón. Pero el PP quiere, en su caso, controlar su cuota y, en vez de plantear seriamente una alternativa, pretende que el PSOE pacte con él, antes que con los nacionalistas, su parte de control y los nombres de sus próximos. Y, además, no se debe olvidar que en el propio PP no han logrado ponerse de acuerdo sobre nombres para la renovación porque en Génova no querían los que el propio Zaplana pretendía colocar entre sus amigos. Un espectáculo lamentable que, ante el empeño gubernamental, no logra transmitir confianza alguna en la oposición.
http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=24/10/2007&name=german

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