martes, octubre 09, 2007

German Yanke, El enemigo del Gobierno

miercoles 10 de octubre de 2007
El enemigo del Gobierno Germán Yanke

ETA “habla” como siempre lo ha hecho. Pernando Barrena amenaza con un “ciclo de violencia” y, menos de 24 horas después, los pistoleros tratan de asesinar a un escolta en Bilbao. Ése es su lenguaje, su “argumento”, su entraña ideológica y estratégica.
El Gobierno, que se acomoda a las circunstancias como hemos comprobado, alerta de atentados y seguirá con la persecución de todo el entramado de ETA. No me extrañaría que en breve se iniciara el proceso de ilegalización de ANV o que, por un procedimiento distinto, la Audiencia Nacional suspendiera sus actividades. El juez Garzón ya lo hizo con Batasuna en su momento. Si el ministro de Justicia, con su particular retórica, ha dicho que se hará en el momento adecuado de “la jugada”, poco queda, si es que queda algo, para que la jugada se complete.
El PP, que ha tenido en este asunto más razón que ningún otro partido político, tendrá que adecuar el tono, en el que muchas veces no ha acertado. Sus reclamaciones, espero, se verán satisfechas, no porque sean suyas, sino porque la realidad se impone. A partir de ese momento, el PP tendrá que ofrecer —a la sociedad española— la reconstrucción de lo que se ha perdido en estos aciagos meses de “proceso”.
Pero el PSOE debe tener en cuenta que, en esta batalla contra el terrorismo, el PP no es su enemigo. “No discutamos las cosas en las que estamos de acuerdo”, ha dicho el presidente Rodríguez Zapatero, con una frase tácticamente acertada pero que, en el fondo, no resuelve sus problemas. El Gobierno, haciendo realidad lo que en el pasado ha sido sólo palabrería, debe hablar y pactar con el PP, como se hizo durante la vigencia del Pacto Antiterrorista, la batalla del Estado de Derecho contra el terrorismo de ETA. Y lo debe hacer seriamente, porque lo que nos jugamos es más serio que la lucha por un puñado de votos.
El enemigo del PSOE, como el de todos los españoles, es ETA pero, en el campo de la política cotidiana en esta materia, está diseminado. Y, desgraciadamente, ha contaminado sus pactos de gobernabilidad, el modo en que se elaboran los presupuestos, la gran apuesta por ese fiasco en que se ha convertido “la nueva política territorial”. No es de recibo que, ante las graves palabras del ministro del Interior sobre lo que posiblemente se nos avecina, la política española dependa de partidos como ERC y el PNV, que insiste ahora en lo lamentable que es encarcelar, como dice la portavoz del Gobierno vasco, a quienes “antes o después han de sentarse a negociar”. En ese espacio político está el enemigo y el problema del Gobierno y del partido de José Luis Rodríguez Zapatero.

No hay comentarios: