sábado, octubre 20, 2007

Ferrand, El lider de la España serena

sabado 20 de octubre de 0207
El líder de la España serena Manuel Martín Ferrand

Que la boca mentirosaincurre en tan torpe mengua,que solamente en su lenguaes la verdad sospechosa.(Juan Ruiz de Alarcón)
Quizás para reponerse de los pitos y cuchufletas que tuvo que soportar en el día de la Fiesta Nacional, que esas cosas dañan el alma de los ególatras, José Luis Rodríguez Zapatero buscó refugio en un cigarral de Toledo y aprovechó el puente del 12 de octubre para reunirse con los suyos, con el Consejo Territorial del PSOE, y ver venir las próximas elecciones legislativas.
Protegidos por un piadoso sol de otoño, Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, ocho presidentes autonómicos y diez o doce secretarios regionales del partido lanzaron al aire la “declaración de Toledo”, una versión light de la “declaración de Santillana” que tanto ruido, y tan pocas nueces, nos trajo en su día.
La moda socialista vigente en Europa marca que las declaraciones se lleven cortas y así lo fue, no faltaba más, la parida por los dirigentes reunidos en Toledo. Zapatero aprovechó la circunstancia para proclamarse líder “de la España serena”. ¿Tendremos que empezar a hablar del serenísimo Zapatero, atribuyéndole majestad, o será suficiente con darle palmas como hacíamos, cuando los había, para reclamar que el sereno de turno nos abriera el portal? Por cierto que los serenos más auténticos fueron los gallegos, los asturianos y los de León. De ahí puede venirle la vena al presidente.
Dijo Zapatero, con evidente acento propagandístico, que “el PSOE es padre fundador del consenso constitucional” —¿no lo son todos cuantos participaron en el invento?— y que “hemos renovado nuestra capacidad de ser garantía de equilibrio y convivencia”. A falta de otras virtudes no le escasea el desparpajo a un auténtico profesional de la crispación y, al tiempo y por idénticas razones, de la mentira.
Zapatero miente hasta cuando está callado. Es su naturaleza. Ahora, cuando trata de acaudillar la serenidad nacional, que también son ganas de tocar las pelotas, vuelve a mentir. El hombre que, a falta de ideas juiciosas y de proyectos válidos, ha hecho carrera revitalizando el enfrentamiento entre los españoles, que no es otra cosa su proyecto de Ley para la Memoria Histórica, no puede presumir de manantial para el sosiego y, muchísimo menos, de “garante de la convivencia”.
La “declaración de Toledo”, en la que Zapatero y su PSOE tratan de colocarse “frente a los separatistas y a los separadores”, habrá que colocarla como una pieza más en el repertorio de los monólogos, pretendidamente humorísticos, con los que muchas televisiones rellenan su tiempo de emisión cuando no hablan de corazón y sus miserias. No da para más.
“El PSOE siempre ha estado y está en la Constitución. Siempre en la España plural. Siempre en la práctica del diálogo institucional. Y siempre en la ambición de lograr un máximo grado de acuerdo para conseguir las reformas que conquisten el futuro”. ¿Sí? Hay que tener mucho cuajo para, vistos los tres últimos años de gobierno, “proceso de paz” y Estatuto de Cataluña incluidos, decir algo parecido; pero la fuerza de los mentirosos profesionales, de quienes han hecho un arte de la modificación de la verdad, está ahí, en decir que llueve cuando brilla el sol o que es noche cerrada a mediodía.
El líder de la España serena, el serenísimo Zapatero, merece los versos que encabezan esta columna. Pertenecen a La verdad sospechosa —a la escena VI del tercer acto—, una comedia que concluye así:
... que en la bocadel que mentir acostumbraes la verdad sospechosa.

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