viernes, octubre 19, 2007

Edurne Uriarte, Cerveza ZP

sabado 20 de octubre de 2007
Cerveza ZP

EDURNE URIARTE
Algunos publicistas confunden a los políticos y a los partidos con una cerveza. Y los venden como si lo fueran. Como una cerveza, que es como ofrecen al presidente en su último vídeo. Siéntete bien mientras te bebes este simpático político. Disfruta de su sonrisa. Contágiate del optimismo que irradia. Bebe cerveza ZP, te hará sentir bien, te hará disfrutar, te hará feliz.
No cabe descartar que la equivocada sea yo y no los publicistas. Y que el votante español, tal como ellos han supuesto, sea simple y primario y consuma presidentes, partidos y elecciones como si de unas cervezas se tratara. Por su simpatía, porque le hacen sentirse bien, no por la forma en que van a gestionar y defender sus intereses y representar sus valores políticos y éticos.
Y no cabe descartar tampoco otras hipótesis más sutiles para explicar por qué los publicistas de Zapatero han decidido lanzar el eslogan del simpático y divertido presidente sin mensaje, sin proyecto, sin consistencia y sin perfil político, cuando todos los estudios y encuestas destacan que su principal problema es la inconsistencia de su figura. Primero, precisamente por eso, porque no tiene mensaje, no tiene proyecto, no tiene consistencia y no tiene perfil político que pueda calificarse como tal, por lo que los publicistas han decidido que había que centrarse en el único material con el que podían trabajar, la simpatía. No es una cerveza pero más vale presentarla como una cerveza. Que los votantes piensen en una cerveza y no en presidente de una nación.
Segundo, que los votantes tampoco piensen en el proyecto. Que no se acuerden de todas las promesas presentadas al inicio de la legislatura. De la promesa del fin de la banda terrorista ETA, del fin del radicalismo nacionalista, del fin de la amenaza islamista, de la democracia participativa, de la economía pujante. Que piensen en una cerveza. Que se la tomen felices el día de las elecciones. Porque la cerveza ZP me sienta bien, porque España me gusta. Porque sí.
Y tercero, porque los publicistas creen que la oposición tiene un problema comparable de mensaje. Y que la elección será una cuestión de simpatía. O sea, de cerveza.

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