viernes, octubre 19, 2007

Antonio Chinchetu, La mano invisible del Gobierno

viernes 19 de octubre de 2007
ECONOMÍA
La mano invisible del Gobierno
Por Antonio José Chinchetru
El artículo 38 de la Constitución comienza con la siguiente frase: "Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado". Lo que viene a continuación, en cambio, resulta inquietante para quienes consideran que el Estado no debe intervenir en la economía: "Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía general y, en su caso, de la planificación".
La inquietud está justificada. Peor aún: España ha sufrido y sufre políticos que se exceden en sus atribuciones y se sirven de grandes compañías para alcanzar objetivos personales o partidistas. El Boletín Oficial del Estado es un poderoso instrumento, pero no el único: también están las cajas, por ejemplo, o el mero influjo personal. Tal y como queda claro en La mano invisible del Gobierno, el reconocimiento de la libertad de empresa "en el marco de la economía de mercado" es atacado prácticamente a diario, y en muchos casos los agresores ni siquiera esgrimen como excusa lo de la "planificación" y las "exigencias" de la "economía general".

Han sido los socialistas y los nacionalistas vascos y catalanes quienes más han tratado y tratan de manipular el mundo empresarial. La OPA sobre Endesa, operación con la que el PSC y sus aliados pretendían, con la complicidad activa de Rodríguez Zapatero, echar los cimientos económicos de un futuro Estado catalán, no ha sido sino la última –por ahora– de estas maniobras. Atrás quedan los movimientos de Felipe González y compañía por hacer que la España de Aznar quedase fuera del euro: estaban dispuestos a que el país perdiera una vez más el tren de la Historia con tal de volver pronto al poder...

También Aznar trató de manejar las empresas sobre las que tenía influencia para alcanzar sus metas. Hasta la traición de Juan Villalonga, utilizó a Telefónica para tratar de acabar con el poder mediático de Prisa mediante la creación de otro gran grupo de comunicación, si bien éste en la órbita del PP. Fracasó. De hecho, el grupo de Jesús Polanco sólo empezó a sufrir cuando se abrió un resquicio a la libertad de mercado.

De todo esto da cumplida cuenta, con amenidad y rigor, Emilio J. González en La mano invisible del Gobierno. Economista de formación y con más de quince años de experiencia en el periodismo económico –en la actualidad es subdirector del diario Negocio y columnista de LD–, González, gran conocedor del mundo empresarial español y de las conexiones de éste con la clase política, relata la historia reciente de nuestro país desde un ángulo poco habitual pero que se revela fundamental para comprender lo que ha pasado por estos lares en las últimas décadas.

Hechos conocidos por el público pero que de forma aislada no dejan de ser una crónica de actualidad sin gran trascendencia cobran un nuevo sentido cuando son debidamente explicados y puestos en relación unos con otros, como hace aquí González. También encontramos en La mano invisible del Gobierno revelaciones sorprendentes que muestran la profunda relación de determinadas decisiones políticas con la economía. Los infantiles e irresponsables gestos de Zapatero en política internacional (la retirada de las tropas de Irak sin previo aviso a los aliados, el radical cambio de postura en las negociaciones sobre la Constitución europea, que significó dejar en la estacada a nuestros principales socios en la UE, etcétera) hacen de España un país del que nadie se fía y, por tanto, marginal.

El propio Zapatero ha acabado siendo víctima de esta situación, como quedó de manifiesto en el caso Endesa. Antes de que E-On hiciera pública su OPA sobre la compañía española, en los medios económicos y los mercados financieros todo el mundo daba por hecho el desembarco de un competidor alemán que hiciera frente a Gas Natural. Todo el mundo … menos el presidente del Gobierno. Cuando Angela Merkel –a la que, pese a haber vencido en las elecciones alemanas, Zapatero llamó fracasada– le telefoneó para informarle de la operación que iba a tener lugar, le pilló completamente desprevenido. Nadie había informado a la embajada española en Berlín de que lo que iba a ocurrir...

Aunque a veces pueda parecer una novela, los nombres y los hechos que aparecen en La mano invisible del Gobierno son de todo punto reales. González ha desenmascarado un intervencionismo, a veces oculto y a veces evidente... pero negado por sus ejecutores, que no debería tener lugar en un país que se precia de ser moderno y desarrollado.

EMILIO J. GONZÁLEZ: LA MANO INVISIBLE DEL GOBIERNO. Planeta (Barcelona), 2007, 488 páginas.

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