domingo, octubre 07, 2007

Alvaro Sanchez, La falsa victima del 11-S

La falsa víctima del 11-S
08.10.2007 -
ÁLVARO SÁNCHEZ

A DEBATE
Alicia Esteve Head se ha construido un nueva identidad, que se estructura en torno al hecho de ser una 'superviviente' de la tragedia del 11-S. Alicia llevaba tiempo buscando a Tania en Barcelona, pero la encontró en los pisos superiores de World Trade Center de Nueva York. En este lugar, símbolo del esplendor y la grandeza, se modificaron las identificaciones fundamentales que representaban a esta mujer: nombre, trabajo, currículum académico, identidad de sus padres y situación afectiva. Así, Tania Head se convierte en 'protagonista' de un acontecimiento histórico, que le permite suplir los referentes de identidad que no le sirven por otros que inflan su ego y responden imaginariamente a sus deseos insatisfechos y a su verdad más íntima. Tania se hace famosa relatando su historia a los medios de comunicación, y asiste como conferenciante a universidades de reconocido prestigio, participa en publicaciones... Su labor culmina con la representación de la presidencia de uno de los grupos de sobrevivientes del atentado, World Trade Center Survivors'Network, para el que trabajó organizando acontecimientos para ayudar a víctimas y familiares. Es, quizás, este cargo que la representa aunando protagonismo, reconocimiento social y una labor de apoyo a las víctimas lo que posibilita que permanezca estable durante seis años interpretando un personaje creíble para los demás.Aunque la han expulsado de la red de supervivientes, sus miembros confirman que ha realizado un buen trabajo como presidenta y que no ha obtenido ningún beneficio económico del mismo. En su entorno social se la califica de 'impostora', 'traidora' y hasta se evalúan moralmente su patología fabuladora y su conducta. Pero su trama más bien encaja con la versión de la 'mitomanía', ya que se ha convertido en el personaje que creó su imaginación. La 'mitomanía' es un trastorno psicológico que aparece en diferentes estructuras clínicas y que lleva a mentir repetidamente y a falsear la realidad para hacerla más soportable.A Tania, la capacidad de fabular le venía de antaño. Se puede deducir del discurso de sus antiguos compañeros de trabajo que ella necesitaba compulsivamente ser 'la protagonista' y que manifestaba una repetitiva tendencia a resaltar las pertenencias de su familia y a inventarse historias. Tania no era hija de diplomáticos, como simulaba, sino que la realidad era menos amable, ya que pertenecía a una reconocida familia de empresarios implicada en un escándalo económico ('caso Planasdemunt') que envió a prisión a su padre y a su hermano. Tampoco era cierto (sí en su realidad subjetiva) que iba a contraer matrimonio con un hombre que falleció el 11-S en la torre norte.Lo que Tania no había previsto en la construcción de su fábula es el desenlace, que pauta el final de la obra. Y es que una de las características del mitómano es que repite siempre el mismo acto, sin valorar las consecuencias de su conducta. Supongo que para Alicia no ha terminado del todo la mascarada, ya que ahora los dos personajes forman parte de su historia, y para encontrar el nexo de unión entre ellos tendrá que nombrar lo que deseaba y lo que ha olvidado en el recorrido que va de la realidad ficticia de Alicia a la ficción de Tania. Tania Head explicaba emocionada que era una de los 19 supervivientes del atentado del 11-S en Nueva York. Su novio Dave, por el contrario, había muerto en las Torres Gemelas. Nada de ello era cierto. Sin embargo, en los últimos tres años trabajó intensa y desinteresadamente por la causa de las víctimas del atentado, presidió la Red de Supervivientes y guió visitas importantes a la 'zona cero'. «Nunca olvidaré lo que vi», dijo en una conferencia, en 2006. 'The New York Times' ha descubierto el fraude, ha hecho famosa a Tania en todo el mundo y las verdaderas víctimas se han sentido traicionadas. Gracias a los lectores de 'La Vanguardia' de Barcelona que la reconocieron en una foto, ahora sabemos que Tania es, en realidad, Alicia Esteve Head, barcelonesa de 'buena familia', 34 años, y que en septiembre de 2001 estaba en la escuela de negocios barcelonesa de ESADE estudiando un máster en gestión empresarial. Ésta es, en síntesis, la historia.Una triste historia que remite a otras, como la del presidente catalán de los Amigos de Mauthausen, el campo de concentración nazi, en el que nunca estuvo. O como la de Sarah, una americana de Wisconsin, que tras un juicio famoso en 1990 sería conocida como 'la mujer de las 46 personalidades'. Son individuos que, según los psiquiatras, fabulan y crean una realidad a su medida con el ánimo, probable, de ser estimados, reconocidos, respetados o alcanzar la notoriedad. Son gente que no se acepta como es ni admite cómo le van las cosas e inventa una nueva identidad para probar fortuna. Ello responde a un marco social que estimula este tipo de actitudes dependientes hasta el delirio de la opinión ajena.Nuestro mundo está lleno de personas que sufren por lo que son y por lo que no son. La moda incita a los individuos a elegir una identidad ideal. La sociedad premia con el estrellato mediático a seres brillantes, carismáticos y esforzados: héroes y víctimas van, en esto, de la mano, y nunca como hoy las víctimas han despertado mayor reconocimiento social. Lo peor en nuestra época, socialmente hablando, es no ser nadie. Y para 'ser alguien' hay que ser héroe, víctima o tener mucho dinero. El héroe es tanto quien salva vidas y organiza la solidaridad como quien atrae la atención del público cantando y vendiendo millones de discos o, al fin, quien triunfa en lo económico. La 'personalidad mediática' -caso del 11-S- es hoy un héroe social de primera magnitud.Los medios de comunicación, nueva 'ágora pública', convierten a ciertos prototipos en referencia social. Todo el mundo lo sabe: si no sales en los medios no existes. Ése es el síndrome.

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