lunes, octubre 22, 2007

Alberto Sotillo, Los pugiles Kaczynski

lunes 22 de octubre de 2007
Los púgiles Kaczynski

ALBERTO SOTILLO
Polonia ha sido siempre un pueblo valiente. Tal vez temerario, como aquella carga de caballería de su Ejército frente a los carros de combate nacionalsocialistas. La última carga de caballería de la historia. En los tiempos del Pacto de Varsovia no había un pueblo más anticomunista que el polaco. En aquellos tiempos los polacos besaban la mano a las señoras, presumían de católicos y caballerosos y eran capaces de pasar una noche en vela contando chistes antisoviéticos.
Pero una cosa es ser un pueblo combativo, y otra vivir en constante pugilato y apuntarse a todas las peleas que pasan por la puerta de casa, como han hecho los Kaczynski. Tanta camorra con alemanes, rusos, compatriotas y fantasmas del pasado ha terminado convirtiendo a Polonia en el vecino raro y cada vez más aislado de Europa.
Los Kaczynski basan gran parte de su popularidad en la buena marcha de la economía. Pero ésta sería inconcebible sin su integración en la Unión Europea y sin el potente chorro de dinero procedente de la misma, en especial de Alemania.De ahí lo irracional de su antieuropeísmo y de sus venenosas críticas al paciente vecino germano. A los polacos les puede gustar que sus dirigentes se fajen de vez en cuando por alguna causa perdida. Pero, por populares que hayan sido los gemelos, sus pugilatos no dejan de ser una anomalía. La inmensa mayoría de los polacos son europeístas y no comparten la retrocamorra de sus dirigentes. Los Kaczynski, Jaroslaw y Lech, son una extravagancia en su propio país: ganaron votos gracias a la misma Unión Europea con la que andaban a puñetazo limpio, pero no dejaron de ser dos tipos raros y no muy representativos de sus compatriotas.
Es de esperar que estas elecciones corrijan la anomalía que ha imperado en Polonia en estos años. En parte el comportamiento de los hermanos gemelos ha estado hipotecado por los pequeños partidos reaccionarios con los que se aliaron para formar gobierno y que tendrían que eclipsarse tras estas elecciones. Y en parte, los polacos se las sabrán arreglar para pasar el mensaje de que el cuerpo no les pide buscar camorra con todo el que pase delante de casa.

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