lunes, marzo 19, 2007

ZpM no escucha ya la voz de la calle

Zapatero no escucha ya la voz de la calle
Elsemanaldigital.com

19 de marzo de 2007. España ha vivido, a lo largo del pasado fin de semana, grandes movilizaciones populares. La izquierda salió a la calle en varias capitales, pero especialmente en Madrid -convocada por el Foro Social de Madrid, el PSOE, Izquierda Unida, los sindicatos CCOO y UGT y otras organizaciones-, contra la guerra en Irak, que cumplía su cuarto aniversario. Al mismo tiempo el gobierno de Navarra, con el apoyo de UPN, del PP y del CDN, reunió en Pamplona a más de cien mil ciudadanos para pedir que la Comunidad Foral no sea el precio del "proceso de paz" entre ETA y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.Políticamente las cifras no han sido lo más relevante. Todos los observadores coinciden en señalar que la manifestación de los navarros por su identidad fue la mayor de las que se han visto en aquella región. Tampoco importan en exceso los lemas, ya que se consideraba perfectamente compatible por ejemplo opinar Por la paz. No a la guerra, no a la violencia. Por el fin a la ocupación de Irak y el cierre de Guantánamo y a la vez manifestarse tras la pancarta Fuero y libertad, Navarra no es negociable que abrió la multitudinaria marcha de Pamplona.Todo eso, con ser importante, ha perdido importancia ante la gran ausencia de los pasados días y horas. El presidente Zapatero no estuvo entre la gente, ni dio señales públicas de escuchar la voz de la calle, que coincide con la que reflejan las encuestas. Con esto, ha dado claras muestras de seguir el rumbo que tanto se reprochó en la legislatura anterior a José María Aznar.Aznar es ya parte de la historia de España, pero Zapatero es su presente. Hoy el Gobierno y el PSOE están implicados en un proceso de paz con los terroristas de ETA en el que Navarra es una exigencia abertzale innegociable. Los navarros tomaron el sábado las calles pidiendo algo que las leyes exigen, y Zapatero no respondió directamente a sus demandas. El presidente cree saber mejor que los ciudadanos qué necesita el país, pero la gente quiere opinar en las grandes decisiones que les afectan. Zapatero no se ha explicado, pero tampoco ha renunciado a su proyecto. Navega ahora contra la corriente popular.No se trata, sin embargo, de un problema de izquierdas y derechas. Si desde el PSOE se puede minusvalorar la manifestación de Navarra, no se explica de ninguna manera la actitud del Gobierno hacia la guerra. La guerra de Irak, en lo que se refiere a España, es cosa del pasado; pero la guerra de Afganistán, que se recrudece por momentos, implica a cientos de soldados españoles a los que Zapatero mantiene en Asia Central. Los mismos argumentos que Zapatero empleó contra Aznar podrían ser empleados contra un Gobierno sordo a la voz de la gente y ensoberbecido en sus grandes proyectos de cambio político. En mayo los ciudadanos tendrán que poner nota a un Zapatero ausente y distante.

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