sábado, marzo 17, 2007

Tonia Etxarri, Navarra y las caceroladas

sabado 17 de marzo de 2007
Navarra y las cacerolas
TONIA ETXARRI

Está la calle que hierve de convocatorias de manifestaciones para este fin de semana. Pero, por fin y para alivio del presidente Zapatero, además del Gobierno de Navarra y del entorno sindical de ETA que, por razones radicalmente opuestas van a desfilar por el centro de Pamplona, piensan salir con pancarta, también, quienes tienen necesidad de movilizarse a favor del Gobierno. ¿Y cuál es la mejor seña de identidad de la era Zapatero? ¿Pues la guerra de Irak!. Da igual que las tropas españolas salieran del territorio invadido hace tres años; da igual que haya que recurrir al albúm de la foto vergonzante del trío de las Azores; el caso es que tirar de archivo funciona para movilizar. Y si los socialistas se pasan el día diciendo que el PP no ha superado su derrota electoral después del atentado de aquel fatídico 11-M, los populares recriminan al equipo del socialista Blanco que estén viviendo «del cuento de Irak». La verdad es que el motivo de esta manifestación suena a rancio. Porque ahora estamos en Afganistán (¿y si les refresca la memoria Llamazares? ). Habrá que ver en qué queda todo. Porque ha circulado, vía SMS, otra convocatoria para realizar concentraciones, con cacerolas, frente a las sedes del PP. De entrada, manifestarse frente a sedes de partidos democráticos tiene un tufillo de comportamientos políticos propios de intolerantes. Si, para más inri, se manifiestan frente a la sede de un partido de la oposición, parece un contrasentido.¿no?. Hacer oposición a la oposición es lo que nos faltaba por ver en este país. Suena contranatura. Es posible que este tipo de concentraciones logren desenfocar la atención que hoy se centrará en Pamplona. Está el ambiente tan excitado que se ha creado una nueva página web en la red -ciudadanosdenavarra.es- en la que sus promotores muestran su inquietud por el futuro. Mucho de inquietud tiene la convocatoria del gobierno navarro. El socialista Puras fue, en una entrevista en Punto Radio, más claro que el propio presidente, en Onda Cero, al decir que ellos votarían que no a cualquier reforma de estatus de Navarra. A Zapatero le costó concretar. Decir que Navarra será «lo que los navarros quieran y decidan» no cuela. Porque eso es lo que han hecho los navarros, como los vascos, en los últimos treinta años cada vez que han ido a las urnas. El Gobierno espera un gesto de Batasuna. Que necesita presentarse a las próximas elecciones para sobrevivir en política. Por influencia. Por dinero. Por capacidad de presión en las instituciones. El ministro Rubalcaba recuerda que, antes de hacer propuestas, tienen un problema previo: separarse de la violencia. Lo importante, pues, no es lo que la nueva marca electoral de Otegi diga en sus estatutos sino si se desvincula, o no, de ETA. Porque Batasuna no fue ilegalizada por no condenar el terrorismo sino por formar parte del entramado de ETA. Ésa es la cuestión. t.etxarri@diario-elcorreo.com

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