lunes, marzo 05, 2007

Quiñonero, ZpM y su navio ebrio

lunes 5 de marzo de 2007
ZP y su navío ebrio

Por Juan Pedro Quiñonero
Las ambigüedades morales del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, salpican las crónicas de la tragedia en curso.
Washington Post se limita a constatar que la opinión pública considera que el Gobierno español ha cedido al chantaje terrorista de la banda ETA. En Escocia, el Scotsman recuerda que una mayoría de españoles denuncian o están contra tales concesiones y comportamiento moral.
En Francia, Euro News afirma que «El tono se envenena y continuarán pudriéndose las relaciones políticas». En París, Chalvidant Info. considera «moralmente chocante» el comportamiento de Zapatero y escribe: «La decisión del gobierno da nuevas alas a los separatistas (...) Hacemos una apuesta: el conflicto puede desplazarse al «País Vasco-francés» (...) Es muy urgente que el gobierno español aclare sus intenciones (...) En definitiva, hace tres años que Zapatero llegó al poder y nadie sabe todavía qué piensa hacer para resolver el problema vasco. Ante ETA, ¡se comporta como un navío ebrio! Es urgente que tome el timón».
En Buenos Aires, Clarín titula: «Tormenta política en España». Y recuerda: «La brecha entre el gobierno y la oposición es más profunda que nunca, y amenaza con ampliarse». Clarín subraya: «En los próximos días el clima empeorará, porque la Iglesia anuncia nuevas movilizaciones contra la ley de educación que reduce el papel de la enseñanza religiosa en las escuelas».
En ese terreno, en París, Le Monde afirma que continúa creciendo el abismo entre el modelo pedagógico gubernamental y el modelo de los obispos españoles, «que parten en guerra contra el relativismo moral».
Por su parte, el Telegraph londinense ironiza sobre los patrióticos dineros públicos catalanes, prestos a financiar fina pornografía con banderita catalana. No sé si siempre nos quedará el turismo: en Berlín, Die Welt cita un estudio eco-sociológico y afirma que el cambio climático pudiera invitar a los turistas alemanes a quedarse en su tierra, diciendo adiós al Mediterráneo español. Veremos.
Juan Pedro Quiñonero

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