sábado, marzo 17, 2007

Nuestra libertad y España dependen de la firmeza de los navarros

sabado 17 de marzo de 2007
Nuestra libertad, y España, dependen de la firmeza de los navarros
Enrique de Diego

Si no confiara en el coraje y la bonhomía de los navarros sería para estar desesperanzados. Porque nuestra libertad y nuestra nación dependen de Navarra y de los navarros.17 de marzo de 2007. Empezamos por aquello del enemigo el consejo. Cito, sin que sirva de precedente, a un personaje que debería estar en la cárcel. Me refiero a Arnaldo Otegi: "Sin navarra no queremos nada, nada, nada. Preferimos una autonomía de cuatro territorios para comprar garbanzos que una autonomía de tres territorios envuelta en un celofán de más y más competencias".Navarra es el espacio vital del nacionalismo imperialista vasco. La ensoñación protonazi de Sabino Arana comenzó siendo vizcaína, luego estableció la quimera de los siete territorios, las tres provincias vascongadas, Navarra -tenida como patria telúrica de los vascones- y tres departamentos franceses.Sin Navarra –"el pilar de Euskal Herria", según Otegi- no hay proceso, no hay diálogo, no hay rendición, no hay independencia. Si los navarros responden, todo esa degeneración, todo ese conflicto futuro, dejan de tener sentido, se frenan.Para que ETA, y el nacionalismo vasco, procedan a la independencia y a la depuración de los españoles de aquellos entrañables territorios, tan españoles como Madrid o como Alicante o como Segovia, que a la postre somos descendientes de cántabros y vascones. Para que la independencia sea posible es preciso que los socialistas de Navarra se plieguen y actúen de caballo de Troya para conformar un gobierno foral nacional-socialista. No tengo ninguna duda de que esa concesión está hecha y que el cambio de Carlos Chivite por Fernando Puras obedece al entreguismo de Ferraz.Entre las numerosísimas concesiones que se hicieron a los nacionalistas en la Transición está la disposición transitoria cuarta de la Constitución. "En el caso de Navarra, y a efectos de incorporación al Consejo General Vasco o al régimen autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el artículo 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al órgano foral competente, el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen. Para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que la decisión del órgano foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos".Si en las próximas elecciones autonómicas se diera una mayoría de nacionalistas y socialistas se pondría en marcha el mecanismo establecido en esta malhadada disposición transitoria.La situación es delicada. Actualmente, en el Parlamento navarro hay 23 diputados de UPN y cuatro de Convergencia de Demócratas Navarros, que componen la mayoría absoluta. Luego hay 11 diputados del PSOE, 4 de Aralar, 4 de Izquierda Unida y 4 de la coalición EA/PNV. Es decir, 27 frente a 23. La mayoría absoluta está en 26. Los nacionalistas, por de pronto, van a presentarse en una sola candidatura –Nafarroa-bai, con lo que sumaran los votos de Batzarre que perdieron en las pasadas elecciones al no alcanzar el 3%. Hay dudas de que Convergencia de Demócratas Navarros supere ese 3%. UPN y CDN deberían ir en una lista única para sumar y para evitar ese peligro de que un porcentaje significativo de votos se pierda. La clase política navarra está actuando con miopía. Falta por saber el efecto que tendría la legalización de facto y presentación a las urnas de Batasuna.Por sí sola, UPN tiene grandes dificultades para llegar a los 25 o 26 diputados que le permitirían gobernar. Sólo podría hacerlo si las bases socialistas, muy españolistas, especialmente fuertes en La Ribera navarra, se rebelaran contra los designios de su partido y votaran a UPN contra el nacionalismo vasco y contra los dictados de ETA.Cierto que estas bases socialistas podrían votar en contra de la anexión en ese referéndum obligatorio de la disposición transitoria cuarta, pero abrir esa puerta es hacer que toda la presión nacionalista y terrorista se traslade a Navarra y aumente la coacción.Si se pierde Navarra, la independencia de ese monstruo político de Euskal Herria sería el siguiente paso. Luego el conflicto con Francia. Luego con el resto de España, porque reclaman zonas de Cantabria, Burgos –el condado de Treviño-, Logroño, Aragón. Los nacionalistas, que viven en groseros errores intelectuales, sólo se alimentan del conflicto.Navarra puede pararles. Navarra debe pararles. Navarra es España. España depende de Navarra.

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