lunes, marzo 05, 2007

Luis Pousa, Escenificar derrotas

martes 6 de marzo de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
Escenificar derrotas
De las escasísimas fórmulas que había para intentar que la Comisión Europea se aviniese a revisar el trabajado acuerdo del año 2005 con el Gobierno español -por el que Astano no fue privatizado y continuó, por tanto, al abrigo del sector público, pero sin poder construir buques civiles al menos hasta el 2015-, la Consellería de Industria eligió plantearlo como un pulso político con Madrid y con Bruselas, con todos los focos mediáticos encendidos y un argumentario para andar por casa y en zapatillas.
Quienes entienden de negocios y conocen por dentro cómo funciona la maquinaria comunitaria, saben que en un caso tan complicado esa vía de presión sirve de muy poco si, paralelamente, no se avanza en lo que de verdad importa, conseguir las complicidades necesarias para ir urdiendo posibles alternativas a una única salida.
A la vista de cómo se ha ido mostrando el asunto, el primero de los objetivos de la Xunta debería haber sido intentar convertir a la SEPI en un aliado en vez de en un enemigo, aunque sólo fuese por algo tan obvio como que se trata del organismo que elaboró el plan de reestructuración, apoyado por los agentes sociales y los partidos, de integrar IZAR en Navantia, aceptado por la Comisión en mayo de 2005. Peor todavía, con quien hasta fechas recientes había sido un aliado, Martínez Robles, se cometió la torpeza de echarle encima a la opinión pública, provocando en él justo la reacción que menos interesaba: que presentase al presidente Zapatero un durísimo informe, avalado por Solbes, en contra de la propuesta de Barreras.
Con lo cual, si ya de por sí la privatización del astillero de Perlío se presentaba como un objetivo harto difícil, casi inalcanzable, la cosa se complicó aún más. Pues, a fin de cuentas, para la Comisión, el interlocutor es el Gobierno del Estado miembro y no el de la comunidad autónoma afectada. Y la guinda del desaguisado fue que, por su cuenta y riesgo, el BNG presentase una moción de apoyo a Barreras en el Congreso, sin haber sellado con el PSOE el apoyo a la misma.
En otras palabras, los socios se han montado un culebrón, de tintes electorales, de mucho cuidado, con programaciones y contraprogramaciones, a sabiendas de que los terrenos ociosos de Navantia Fene serán dedicados a otros proyectos, no referidos a la construcción naval civil, en los que muy probablemente participará Barreras.
La guerra de Endesa no es la referencia apropiada para la de Fene. La forma en que aquella está siendo librada pone en interrogantes la idoneidad de ciertos tejemanejes políticos para imponer las condiciones de un negocio a la lógica del mercado. Al margen de que tengan el beneplácito de La Moncloa, si Acciona y Enel están en situación ventajosa para hacerle el bocadillo a E.ON, en el control de la primera eléctrica española, es porque cada una, en su momento, ha pagado por cada título algo más que la alemana y el doble que Repsol, y las compras las han hecho por sorpresa. El error de la petrolera catalana fue fiar su suerte al poder político, casi exclusivamente, y no a la eficiencia del mercado.
La entrevista de Blanco con Lowe, en Bruselas, es justo lo contrario de lo que debiera ser una política exterior gallega, pensada para algo más eficiente, y psicológicamente reconfortante, que escenificar derrotas que ya estaban consumadas.

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