sábado, marzo 17, 2007

Luis Pousa, Coordinacion y eficiencia

sabado 17 de marzo de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
Coordinación y eficiencia
La tasa de paro en Galicia está situada en torno al 8 por ciento y con tendencia a la baja en lo que resta del año 2007. Obviamente hay una clara relación entre crecimiento económico y creación de puestos de trabajo, pero ello no necesariamente tiene porqué traducirse en una reducción apreciable del desempleo en aquellos sectores con mayores dificultades para encontrar trabajo. Caso, por ejemplo, de las mujeres o de ciertos tramos de edades en los que el modelo laboral establece una paradoja: por un lado reclama experiencia a los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo, y por el otro se desprende de una parte importante del capital humano acumulado, al incentivar las jubilaciones anticipadas.
En el escenario descrito, la preocupación -y así parece haberlo entendido la Consellería de Traballo- es ayudar a que aquellos segmentos de población con mayores dificultades para encontrar un empleo aprovechen la situación de bonanza económica para conseguirlo. Lo que requiere un esfuerzo por parte de la administración en varios puntos: ampliación de los recursos dedicados a políticas activas en el mercado laboral y, desde luego, a actuaciones que mejoren la cualificación y la formación; incentivar y facilitar la movilidad geográfica; impulsar lo que ahora se denomina nuevos yacimientos de empleo; y promover actuaciones en la reordenación del tiempo de trabajo -a este respecto el éxito conseguido por los países nórdicos en el trabajo a tiempo parcial es una referencia estimulante para intentarlo aquí.
Por otra parte, existe lo que podría llamarse la presión de la inmediatez.
Intentemos explicarlo en pocas palabras. Por muy contradictorio que nos parezca, en Galicia ya hay un número estimable de empresarios, y la cifra va en aumento, que demanda la incorporación de mano de obra procedente de otros países, a fin de cubrir aquellas ofertas de empleo que desprecian los nacionales. No es una cuestión menor, porque esa situación está truncando las posibilidades de crecimiento de esas empresas, y, en algunos casos, pocos todavía, provocando la deslocalización.
Hay otros puntos críticos de la economía gallega que no deben ser soslayados por el innegable crecimiento del PIB y las buenas expectativas generadas. La falta de suelo industrial, consecuencia de la imprevisión del Gobierno anterior, es uno de ellos; por lo que, quizás, fuese conveniente que las administraciones involucradas tomasen las medidas más pertinentes para agilizar los trámites y evitar males mayores. Unido a esto hay otras cuestiones que también necesitan una pronta respuesta, como garantizar el abastecimiento de energía eléctrica a los polígonos que sufren una incomprensible arbitrariedad o, también, resolver las deficiencias que arrastran en telecomunicaciones.
La gestión de esos asuntos escapa al ámbito de competencias de la Consellería de Economía, sin embargo que el Gobierno sea bipartito es una realidad política que no justifica la falta de una coordinación eficiente de las actuaciones de los departamentos implicados en los sectores económicos. En otras palabras, la Consellería de Economía debería tener asignado ese papel de coordinación que tanto se echa en falta, y que afecta en mayor medida a nivel microeconómico, como se puede comprobar estos días.

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