miércoles, marzo 07, 2007

Juan Orellana, Una polemica aburridisima

jueves 8 de marzo de 2007
TERESA, CUERPO DE CRISTO
Una polémica aburridísima
Por Juan Orellana
La demagogia y el sectarismo que se han instalado en España no dejan pasar la oportunidad de arremeter contra la Iglesia siempre que sea posible. Con motivo del estreno de la última película de Ray Loriga, Teresa, Cuerpo de Cristo, los medios han aprovechado para volver a acusar a la Iglesia de oscurantista y reaccionaria, a base de mentiras y medias verdades.
ABC, El País, El Periódico, el Cultural, El Mundo, 20 Minutos y muchos periódicos regionales y digitales han publicado noticias a partir de una mentira: el supuesto hecho de que los obispos hubieran criticado la citada película. El Mundo, incluso, hablaba de "un comunicado" del Episcopado, comunicado inexistente al que Andrés Vicente Gómez, productor del film, respondía mostrando su comprensión con aquellos que antaño "quemaban las iglesias".
Por tanto, esa polémica que ha generado más de 45 artículos en prensa y que quiso ocupar un espacio en el telediario de la Primera, es un espectro mediático: la Conferencia Episcopal Española ni ha dicho ni va a decir nada sobre esa película. Entonces, ¿cuál es el origen de ese ridículo revuelo? Sencillamente una crítica de cine, ponderada y equilibrada, publicada en Catalunya Cristiana, y firmada por un servidor, que motivó una correcta nota de prensa de Europa Press.
En dicho artículo, como en cualquier otra crítica cinematográfica, se enumeraban los aspectos más logrados del film, junto a aquellos más fallidos. Por ejemplo, allí se decía que "nos presenta con acierto e incluso cariño a católicos cabales como Guiomar de Ulloa, San Pedro de Alcántara o San Francisco de Borja. Probablemente son estos personajes los que protagonizan los mejores momentos de la película, como las conversaciones en el Palacio de Ulloa sobre el momento que vive la Iglesia, o los consejos de Santa Teresa a sus primeras seguidoras". También afirmaba, en relación con los arrobos místicos de la Santa, que "Ray Loriga ha querido darles una apariencia estética moderna, y eso está bien, y lo consigue con la ayuda de los mejores profesionales". Asimismo, se puede leer: "Desde el punto de vista formal, el trabajo de la luz es espectacular –a veces tenebrista y barroco, otras más naturalista, otras romántico, pero siempre excelente– y en general, todos los aspectos estéticos del film tienen mucho estilo –como la dirección artística, el vestuario y la partitura–."
En el apartado de críticas, comentaba que "los episodios protagonizados por el Provincial de Ávila o por el confesor Daza son los más caricaturescos y sin duda ideológicos, y nos muestran la típica y trasnochada imagen de la Iglesia". Del mismo modo, se hacía ver, también en relación con la experiencia mística, que "lo más problemático es la traducción o trasposición que Loriga quiere hacer del amor al Hijo de Dios, místico, espiritual, a un amor carnal a Cristo hombre. En ese sentido roza el límite de lo aceptable cuando recalca el contacto físico y casi sensual entre el personaje de Cristo y el de Santa Teresa."
Como balance, recalcaba que "creemos que en ningún momento alberga Loriga falta de respeto o frivolidad, sino más bien audacia ignorante", así como subrayaba la incomprensión de los creadores del film hacia la experiencia cristiana: "Esta incomprensión de fondo por parte de Ray Loriga y de Paz Vega, seguramente no buscada, es de hecho el origen de aquellos desaciertos que tiene el film en su guión y en su puesta en escena."En definitiva, que la película no acierta con su personaje, pero desde luego no es para organizar ningún escándalo. Mucho más insidiosa fue El código da Vinci –y mucho peor film– y tampoco la Iglesia se pronunció. Si algunos medios quieren "carnaza" sensacionalista para vender más, no la van a encontrar en las relaciones de la Iglesia con el cine. Se lo aseguro. Lo triste es que si no la encuentran, se la inventan. Pero ese ya no es mi problema.

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