jueves, marzo 08, 2007

Jose Melendez, El "miedo" de ZpM

viernes 9 de marzo de 2007
El 'miedo' de Zapatero
José Meléndez
Z APATERO no ha concedido la excarcelación al asesino De Juana Chaos por miedo a que se le muriera en la cárcel, porque el miedo parece ser un componente ausente en el pensamiento político de nuestro presidente del gobierno, en el que predominan el aventurerismo, la egolatría, el afán iluminado de inmortalizarse como príncipe de la Paz y el deseo de obtener “como sea” un derecho vitalicio al sillón de La Moncloa. Ni la ha concedido por motivos humanitarios porque, cuando poco a poco se van sabiendo más detalles del desafío del matarife al Estado de Derecho se afianza el convencimiento de que el riesgo de muerte estaba muy lejos de ser real y perentorio, ya que un hombre en esa situación extrema no tiene fuerzas ni ganas de convivir con su novia en la cama hospitalaria y, mucho menos, de hacer el amor, -a no ser que la sonda nasogástrica tenga unas propiedades especiales que podrían ser la esperanza de muchos vejetes para recuperar los ardores perdidos- ni salir por su propio pié de la ambulancia en la que realizó el trayecto de la vergüenza cuando llegó al hospital de San Sebastián- Zapatero ha excarcelado a De Juan Chaos sencillamente para mantener vivo, no al delincuente, sino a su “proceso de paz” con ETA. Ha sido un paso más meditado y calculado en esa dirección que se le tuerce constantemente, pero de la que no se aparta. Zapatero es un hombre de lentos reflejos. Tarda en asimilar los golpes y por eso estuvo varios días desaparecido en Doñana a raíz de la explosión de Barajas y ahora se resiste a dar cuenta de la situación ante el Congreso de los Diputados, escudándose, como siempre, en sus segundos. Y cuando se le fuerza a dar la cara, sus argumentos son tan débiles que no tiene más remedio que acabar como siempre: echándole la culpa de todo al Partido Popular. Ha dicho que no quería que la muerte del delincuente lo convirtiera en un mito y sabe que no es verdad, porque el mito estaba creado desde el mismo momento en que el sujeto adoptó su huelga de hambre y el aparato propagandístico en el que son maestros la extrema izquierda y los nacionalismos radicales lo envolvió en su aureola. Un mito heroico si se moría o un mito victorioso si conseguía sus propósitos, como así ha sido.. Eso lo sabía Zapatero como lo supieron Felipe González, dejando morir de hambre al “grapo” Sevillano en 1.990 y Margaret Thatcher, recién llegada a la presidencia de su gobierno, haciendo lo mismo con el miembro del IRA Bobby Sands y otros diez más que le siguieron. Bobby Sands se convirtió en un mito para los fanáticos de su causa, pero la dignidad de Gran Bretaña y del gobierno y las instituciones que la representan quedó a salvo, como no podía ser de otra manera en un estado democrático que acepta los derechos de cada individuo pero no para ser usados como transgresores. José Manuel Sevillano murió en el hospital Gregorio Marañón tras 177 días en huelga de hambre en demanda de que el gobierno detuviera la dispersión de presos de su banda. Felipe González estimó que un Estado de Derecho no podía doblegarse a las demandas de un terrorista y no cedió ni un milímetro, a pesar de que hace unos días, en una desacertada defensa de Zapatero, afirmase que en el caso de De Juana él hubiera hecho igual que el actual presidente. Las demandas de Bobby Sands y la decena de compañeros que murieron tras él eran que se les reconociera la condición de presos políticos, lo que había motivado en la prisión norirlandesa de Maze la acción que se llamó “la huelga de las mantas” durante la cual los setecientos presos del IRA permanecieron desnudos, envueltos en mantas, para no vestir el uniforme carcelario, negándose a limpiar las celdas y las letrinas así como rechazando su limpieza personal, huelga que duró tres meses y convirtió la prisión en un inmenso pozo de inmundicias. Yo la visité una vez y tardé años en olvidar el hedor que se desprendía de sus corredores y la visión dantesca de sus paredes llenas de frases alusivas a la libertad escritas con excrementos. Zapatero eligió el Senado para dar explicaciones de su decisión de excarcelar a De Juana –porque Pío García Escudero no es Mariano Rajoy- y los argumentos que exhibió representan un insulto a la inteligencia de la ciudadanía. Durante una hora se dedicó a enumerar los casos de “benevolencia” con reducción de penas y excarcelación incluidos, registrados durante el anterior gobierno de José María Aznar. Esa forma de defenderse es como si un estafador se justifica ante el juez que lo va a condenar con la lista de jueces que han ido a la cárcel por prevaricación y cohecho, que también los hay. Todo esto, después de anunciar un nuevo video sobre la política antiterrorista de los gobiernos de Aznar, lo cual puede dejar al personal sumido en la mas honda de las confusiones. ¿Pero no decía que la intransigencia y la dureza policial del PP no había podido terminar con ETA y ahora era el mayor obstáculo en el camino de paz que él ha ido abriendo pacientemente?. La contradicción es tan evidente que no tiene más que un comentario lógico: la excarcelación de De Juana Chaos es un componente mas en la táctica del presidente del gobierno para continuar con su “proceso” y eso no tiene otra explicación posible. Se ha tomado quebrantando normas legales, retorciendo conceptos jurídicos –por eso ha puesto en su contra a la práctica totalidad de la judicatura- y ha sentado un gravísimo precedente, cuyas consecuencias comienzan ya a sentirse en diversas cárceles. El uso del ventilador es arriesgado e irresponsable, como lo es el enrocarse en una decisión tan errónea y dañina para la dignidad democrática de la nación, sin escuchar el clamor en contra. Cuando este artículo aparezca en Vistazo todavía no se habrá celebrado la manifestación del sábado día 10 , primera convocada por el Partido Popular y quinta que se celebra contra la política antiterrorista del gobierno, sin que este haya escuchado ese inmenso clamor. Habrá, como siempre, guerra de cifras con mas de un millón de diferencia, ¡que ya es haber!, pero la realidad está ahí. No solo las manifestaciones, sino las encuestas publicadas sobre si la gente aprueba o no la excarcelación del asesino, muestran una verdad incuestionable. Según la lógica de las encuestas de opinión pública, los que están en contra, a juzgar por los porcentajes, son bastante mas de los diez millones de votantes que tiene acreditados el PP- Y esto es lo que debe hacer reflexionar a Zapatero y a sus asesores. Aunque me temo que ha reflexión tampoco sea algo habitual en el acervo del presidente del gobierno

No hay comentarios: