lunes, marzo 05, 2007

Explicacion necesaria

martes 6 de marzo de 2007
Explicación necesaria
El consejero de Interior deberá explicar al Parlamento vasco por qué la Ertzaintza consideró 'imprescindible' el control de las llamadas telefónicas de un periodista de EL CORREO dentro de una investigación que tenía como objetivo descubrir una supuesta filtración a un colaborador de ETA. Y cabe esperar que su respuesta sea más convincente y menos contradictoria que la remitida ayer por su Departamento en una nota en la que, después de negar que el informador fuera objeto de sus pesquisas, consideraba a sus fuentes como parte clave de la operación. Es cierto que la actuación contó con autorización judicial, en una desafortunada intervención de la juez, que minusvaloró el grave efecto de su decisión sobre los derechos del periodista al que dejó desamparado, pero también lo es que su desmesurada iniciativa fue adoptada en función de la información facilitada por la Policía autonómica. Diez meses después, el caso ha sido sobreseído y, lo que es más preocupante, el supuesto 'chivato' de la banda terrorista sigue sin ser descubierto con lo que representa de amenaza para la institución y para los ciudadanos, a los que debe garantizar su seguridad. Y en este proceso estéril se ha roto la privacidad de un informador y se ha invadido algo tan preciado y protegible como sus fuentes, un capital insustituible en la profesión periodística.La libertad de informar es un derecho fundamental en sociedades que creen que el conocimiento directo de los hechos y la fiscalización pública de los actos institucionales son la base de una democracia real de ciudadanos. Un principio teórico que en la práctica es objeto inevitable de fricciones, que han de ser afrontadas con respeto y honestidad. Alterar la realidad, como hizo el Departamento de Interior, para intentar desacreditar al periodista aludido, o calificar de «informaciones 'robadas'» aquellas que escapan a su control, no son actitudes dignas de quienes ostentan una importante responsabilidad y deberían creer en el papel de los medios de comunicación. Es evidente que ni periodistas ni policías están por encima de la Ley, pero, como ha expresado la gran mayoría de la representación sindical de la Ertzaintza, es ilícito emplear unos poderes delegados por la ciudadanía para coartar el derecho de un profesional y de un diario a informar.

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