domingo, marzo 04, 2007

El PSOE confunde a la Nacion en pleno con la extrema derecha

El PSOE confunde a la Nación en pleno con la extrema derecha
Santiago Abascal

El Gobierno libera al asesino múltiple. Los españoles, masivamente, salen a la calle a denunciar la traición. El PSOE, nervioso, asustado, vocea: que viene la ultraderecha.5 de marzo de 2007. La excarcelación del peor asesino de la historia democrática española ha humillado a los españoles, ha sido un aguijonazo en las conciencias más dormidas. Cualquier español, por mucho desinterés que tuviera respecto a la política o por muy pequeño que fuera su entendimiento de la cosa pública, ha percibido con nitidez la traición y la injusticia cometida por el Gobierno, rendido y arrodillado, cuando su función es defender a la Nación, ante un preso miserable, ante un infame terrorista. Ese sentimiento de indignación, de rabia, de desesperación, pero sobre todo de dignidad, de resistencia, y de patriotismo que anida hoy en lo mejor de nuestro pueblo, es el que trató de recoger, canalizar y expresar la convocatoria de movilizaciones en todas las capitales de España hecha por la Fundación DENAES, para la defensa de la Nación Española. Y porque tales sentimientos existían, miles y miles de españoles, a pesar de lo precipitado de la convocatoria (solo veintiséis horas), inundaron las plazas tanto de nuestras cincuenta y una capitales como de centenares de localidades españolas. La movilización fue un éxito absoluto de la sociedad, del pueblo, de la Nación española, y un fracaso sin paliativos del Gobierno. Y ese fue su sentido, que en toda España, en cualquier rincón, se sintiera el grito de respuesta a la felonía e iniquidad gubernamental: "Abajo el Gobierno, Viva la Nación". Tal fue la respuesta a la rendición de nuestras instituciones frente a los terroristas. ¿Cuál fue la respuesta del Gobierno y del PSOE? ¿La reflexión? ¿La rectificación? Nada de eso. La acusación y el insulto, la huída hacia delante. Alfredo Pérez Rubalcaba, Pepiño Blanco y un par de secuaces del PSE se han hartado de gritar exasperados contra los manifestantes tildándoles de ultraderechistas y golpistas, tratando así de desprestigiar, estigmatizar y paralizar a los convocantes, al movimiento cívico y al único partido de oposición. Uno de ellos, el socialista vasco – y portavoz en el Parlamento Vasco- José Antonio Pastor, nos ha dejado una perla: "Ayer, dirigentes del PP, tanto del País Vasco, como Santiago Abascal, y otros como Rajoy y Acebes, compartieron pancarta y manifestación, en las calles, con Ynestrillas, fascistas y falangistas". Este tipo de acusaciones no deben preocuparnos porque solo demuestran la impotencia y el miedo de los dirigentes socialistas ante la justísima reacción social que no saben como anular y ridiculizar. No saben, no pueden y entonces gritan, insultan y mienten, incluso a sus votantes. La mentira de Pastor merece varios comentarios: primero; el ultraderechista al que se refiere, víctima de ETA, no apoyó ni acudió a ninguna concentración convocada por Denaes sino a la suya propia. Segundo; Rajoy y Acebes compartieron el viernes su sentir y su indignación con los socialistas – y víctimas del terrorismo- Mikel Buesa, los hermanos Múgica, y con la madre de Maite Pagaza, a los que Pastor, Ares y López han traicionado sentándose con terroristas de Batasuna hace bien poco. Y tercero: Santiago Abascal, es decir, yo mismo, compartió pancarta y megáfono el viernes en Vitoria con Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, y representante de una familia ejemplar que sabe lo que es no arrodillarse ante ETA. Solo cabe un conclusión: ladra el Gobierno, ladran sus voceros, luego cabalga la Nación. Las movilizaciones son un acierto, son necesarias, son democráticas y van a derribar a este Ejecutivo. Los ciudadanos lo saben, quieren sus libertades, aman la Justicia y se identifican con su Nación. Los ultras son los etarras y batasunos con los que se codean Pastor y sus compadres.

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