miércoles, marzo 14, 2007

Cesar Alonso, Fiesta en Pamplona

miercoles 14 de marzo de 2007
Fiesta en Pamplona
POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Durante estos días podemos comprobar cómo ciertas gentes de la derecha se resisten a creer que el PSOE termine por colaborar en Navarra con la realización del sueño de Euskal Herría que acarician los independentistas vascos. Si sucediera tal cosa, ¿acaso no se rebelaría la mayor parte de los socialistas navarros?, se preguntan. Es conmovedora esta fe de la derecha en el patriotismo, en la coherencia y en la independencia de los militantes socialistas.
La polémica sobre la posición que puedan mantener los socialistas ante el proyecto de ETA de anexionar Navarra al País Vasco es un capítulo más. ¿El penúltimo? Llevamos años con esta peligrosa experiencia de confiar en la política de la izquierda que al fin termina en unos resultados catastróficos desde el punto de vista de los intereses nacionales. Como si no hubieran sido suficientes las pruebas de monolitismo que ha venido dando el PSOE cada vez que sus dirigentes han planteado a los militantes cuestiones tan comprometedoras como el proyecto de Estado plurinacional o como la legalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas o la aprobación del Estatuto catalán. Sin el testimonio de una sola «deserción».
La excarcelación de De Juana Chaos ha arañado la conciencia de algunos compañeros de viaje del PSOE. Eugenio Trías, tan entusiasmado con la línea que venía siguiendo Zapatero, se ha quedado desconcertado. Para Fernando Savater ha sido el primer gran error del líder socialista. De Joaquín Leguina no se espera el heroísmo de Rosa Díez, pero sí que deje de rezongar por los círculos madrileños, políticos y laicos, y diga claramente lo que piensa.
Yo entiendo que la derecha se haya venido resistiendo durante estos años a reconocer la naturaleza de la izquierda. Realmente es muy inquietante hacerse a la idea de que los socialistas y los (ex) comunistas se hayan pasado a las posiciones de confederales e independentistas especialmente cuando éstos siguen defendiendo el terror como método. Pero, ¿no es peor, acaso, escudarse en la ignorancia, en la estupidez o, quizá, en la mala fe? Por eso creo que la noticia de la manifestación del sábado en Pamplona es muy buena señal.

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