miércoles, julio 05, 2006

Las mentiras de Montilla, ni cien veces repetidas llegan a convencer

Las mentiras de Montilla, ni cien veces repetidas llegan a convencer
Carmen Tomás

Le quedan dos telediarios como ministro antes de concentrarse en ganar la Generalitat, y sigue empeñado en que no ha tenido nada que ver con la opa más célebre de nuestra historia.

6 de julio de 2006. El ministro de Industria anda despidiéndose. En agosto dejará el Ministerio para hacer carrera en Cataluña, aunque las encuestas no le sean muy favorables y penda sobre su cabeza el acuerdo alcanzado en Moncloa entre Zapatero y Mas sobre el Estatuto, elecciones, Tripartito y lo que no sepamos. Y, claro, ahora que se va no lo va a hacer diciendo la verdad. Montilla sigue empeñado en hacernos creer que la opa de Gas Natural, de La Caixa, sobre Endesa es una cuestión meramente empresarial; que él no ha tenido nada que ver y que le da igual irse sin haber cerrado el asunto, porque la operación no estaba en el programa electoral del Partido Socialista. No sé si le da igual o no, lo demás es patético al tiempo que falso. Una operación del calado de la opa sobre Endesa sí estaba de alguna manera en el programa electoral, porque estaba en el del PSC, en el del Tripartito y en el Pacto del Tinell que se firmó entre los tres partidos que gobiernan Cataluña. Dice ese pacto que se fomentará desde el Gobierno un gran grupo energético catalán, que controle el mercado en España. "Verde y con asas". Además, durante los meses que duraron las conversaciones para la reforma del Estatuto, se vendía la opa como "medio Estatut". Escuchar a estas alturas que el Gobierno no patrocinó la operación de acoso y derribo a Endesa y que él como ministro de Industria no tuvo nada que ver, se cae por su propio peso y por la fuerza de los hechos. Para conseguir doblegar a Manuel Pizarro y a su equipo se obvió el informe del Tribunal de Defensa de la Competencia –también del de Madrid-, se nombró presidenta de la Comisión Nacional de la Enfertía (CNE) a quien convenía para el trabajito, se han saltado las protestas de Bruselas, que nos ha abierto expediente, se ha pasado por alto lo dicho por un Juzgado de lo Mercantil y por el Tribunal Supremo y, por si esto fuera poco, se han puesto toda una serie de trabas a una empresa que se ha atrevido a lanzar una contraopa dificultando la de Gas Natural y La Caixa. Es sorprendente que Montilla no se ruborice cuando dice estas cosas de que no ha tenido nada que ver. Más bien no ha hecho ni una a derechas con tal de favorecer a sus amigos en compensación por el favor que le hicieron a él perdonándole mil millones de crédito. Dicen que le va a sustituir un catalán en el Ministerio; uno de ellos, por cierto, de la cuerda de Miguel Sebastián, quien después de quedarse sin nombrarse o sin nombrar gobernador del Banco de España, quiere a toda costa meter cuchara e intentar doblegar al "díscolo" Pizarro. En todo caso, no da la impresión de que vayan a cejar en el empeño. Si ahora la CNE de Costa se lo pone difícil a la alemana E.ON, pues esto seguirá y seguro que todavía nos quedan episodios gloriosos, sorprendentes y cómicos que ver. En fin, que hemos hecho el ridículo, que me temo que lo vamos a seguir haciendo y que sólo nos queda confiar en que, por una vez, en una película negra como ésta, ganen los buenos, es decir, el sentido común, la empresa, los accionistas. Lo elemental.

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